REDACCION | Martes 22 de octubre de 2019
Después del paréntesis veraniego, retomamos con esperanza renovada los trabajos del Sínodo diocesano. Durante los últimos meses se han distribuido más de 20.000 encuestas en las parroquias, colegios, movimientos apostólicos y otras organizaciones eclesiales para que todos pudiesen proponer aquellos temas pastorales sobre los que deberíamos centrar nuestra reflexión durante el próximo año.
En este momento avanza a buen ritmo la tabulación de las encuestas gracias a la colaboración desinteresada de un buen grupo de voluntarios. Puesto que algunas personas han manifestado la imposibilidad de responder al cuestionario por falta de tiempo, el Consejo del Sínodo ha considerado oportuno ampliar el plazo de entrega de las encuestas hasta el día 20 de noviembre. De este modo, todos podrán entregar en las parroquias o en la Secretaría del Sínodo sus aportaciones.
Una vez concluida la tabulación de las encuestas y la selección de los temas de estudio, con la fuerza del Espíritu Santo iniciaremos la segunda etapa sinodal. Para esta nueva etapa se confeccionarán unas sencillas catequesis que servirán para la oración común, la vivencia de la comunión eclesial y la aportación de propuestas concretas en los distintos grupos sinodales. Es muy importante que demos ya los pasos necesarios para la constitución de estos grupos en todas las parroquias o arciprestazgos. El plazo para su constitución concluirá, Dios mediante, el día 20 de diciembre.
Como ya indiqué en otras ocasiones, este camino que recorremos juntos y unidos los sacerdotes, los miembros de la vida consagrada y los cristianos laicos no es ningún esnobismo, sino, como nos recuerda el papa Francisco, es el camino que debe recorrer la Iglesia durante su peregrinación por este mundo hacia la Jerusalén celestial.
El recorrido de este camino exige de cada bautizado un cambio de mentalidad y una sincera conversión pastoral para que no sean nunca nuestros criterios los que nos guíen en la evangelización, sino la luz que nos viene de la Palabra de Dios. Sin esta conversión es imposible experimentar la alegría de ser discípulos misioneros.
Todos los cristianos –el obispo el primero– necesitamos avanzar en esta conversión a Jesucristo y a la nueva realidad a la que el Señor nos envía para superar el “gris pragmatismo” y la inercia pastoral que, con frecuencia, nos conduce al desánimo, nos desgasta espiritualmente y nos debilita en la acción pastoral. Teniendo en cuenta estos presupuestos, os invito una vez más a todos los diocesanos a continuar orando personal y comunitariamente por el fruto espiritual del Sínodo, a superar los cansancios del camino y a responder con gozo a la llamada del Señor mediante la participación activa en los grupos sinodales para encontrar juntos nuevos caminos para el anuncio del Evangelio y para la transmisión de la fe a los más jóvenes.
Con mi sincero afecto y bendición, feliz día del Señor.
Atilano Rodríguez, Obispo de Sigüenza-Guadalajara
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