REDACCION | Miércoles 05 de febrero de 2020
La biblia de las revistas del corazón lleva como protagonista a Ágatha Ruiz de la Prada para hablar sobre su segunda ruptura con Luis Miguel Rodríguez: “Desde el primer minuto sabía cómo iba a acabar”, señala la diseñadora.
Bajo ella, las infantas Leonor y Sofía, centro de todas las miradas en la apertura de las Cortes y la familia real junto a la realeza europea, elegante y solemne en el funeral por doña Pilar de Borbón.
Ágatha Ruiz de la Prada : "Adoro a Luismi, pero espero no verlo en mucho, mucho tiempo".-
Con su finca en el campo como escenario, Ágatha desgrana los motivos de su ruptura en una entrevista en la que no hay una sola frase a la que no se le pueda sacar punta. Está fantástica en sus respuestas, y eso que se intuye el cacao maravillao emocional que está viviendo: pasa del desprecio al aprecio de una respuesta a otra.
Ella está convencida de que no ha habido infidelidad, pero sí del engaño que ha vivido su ya ex: "Tiene una agenda de mujeres terroríficas que se quieren aprovechar de él". Llama la atención el número de veces que menciona mal el nombre de la mujer con la que fue cazado Luismi. Ágatha la llama "Di Lela", cuando en realidad se llama Marcia di Lele. Antonio Diéguez, el entrevistador, ni se molesta en corregirlo.
La modista duda de ella en buena parte de la conversación: "Ha sido una tontería, pero no una infidelidad. Lo que no estaba dispuesta es a que se hiciera un par de Luismis cada semana". "Luego me dijo que era actriz, pero no me contó que actriz porno". Incluso sugiere que la tal Di Lela ha llevado en televisión un pañuelo diseñado por ella, algo que la mosquea. Le guarda auténtico rencor a esta señora brasileña, y de hecho llega a reconocer que si él le hubiera contado la historia de las fotos lo hubieran solucionado.
Ágatha también relata cómo llegó Luismi a su vida. Fue "la Bordiu" (sin tilde, Carmen Martínez Bordiú) quien se lo presentó. Y aquí es donde se le va la mano contando intimidades. Dice que ella jamás ha tenido una pelea con él, a diferencia de Bordiú: "Creo que Carmen le tiraba los cuadros a la cabeza...". Y desvela que para la nieta de Franco el empresario ha sido "el amor de su vida". Nada la ha unido con Luismi, no encuentra explicación a su noviazgo: "No tenemos puntos en común. Mi vida es otra: me gusta leer, ir a museos, la cultura". Eso sí, admite que se lo ha pasado en grande estos meses: "Estoy muy agradecida. Todo ha sido muy divertido, ha sido un regalo del cielo". "Viviría todo otra vez porque me lo he pasado bomba", añade.
Eso explica quizá lo que viene después: la justificación de la ruptura. De la Prada se pasea entre el quiero, pero no debo. "Es la ruptura definitiva, estoy haciendo un esfuerzo. Si Luismi me llama para cenar, sé que le diría que sí y es lo que no quiero. Va a ser difícil no picar. Espero que mi fuerza de voluntad y mis amigas me ayuden. Intento pensar en todo lo malo de Luismi para no caer". Encabeza el frente opositor, además de sus amigas, su hija Cósima: "A ella nunca le ha gustado. Quería que yo tuviera de novio a un duque inglés".
Sin embargo, merece destacar que no le importa admitir que le echa de menos y que no le guarda ningún rencor: "Somos de mundos distintos. No es un milagro que no nos hayamos peleado, sino que hayamos estado casi dos años juntos. Bastante hemos durado para ser dos personas tan distintas".
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