GUADALAJARA

Denuncian las molestias a los vecinos y las deficiencias del ‘jardín vertical’ de Azuqueca

REDACCION | Viernes 13 de marzo de 2020
El jardín vertical de la plaza del Azafrán, del que el alcalde de Azuqueca ha presumido recientemente como una de las acciones vinculadas con el clima y el ahorro energético, está siendo un quebradero de cabeza para los vecinos de la zona, que se quejan de presencia de mosquitos y bichos a causa de la vegetación, además de un mal olor a agua estancada que hace muy desagradable estar sentado en los bancos situados justo debajo del jardín.

Al malestar de los vecinos, que nunca estuvieron de acuerdo con esta instalación, se suma el alto coste de un jardín vertical que supuso una inversión de más de 70.000 euros, y cuyo mantenimiento tiene un gasto para el Ayuntamiento de casi 1.500 euros al trimestre.

Según apunta la portavoz del Grupo Popular Municipal, Aure Hormaechea, este espacio ha sufrido un largo periodo de “abandono y desidia” por parte de los responsables municipales, que no pagaban desde abril de 2019 las facturas a la empresa de mantenimiento.

Aunque hace sólo unas semanas por fin se llevaron a cabo esas tareas, sustituyendo plantas y riego deteriorados, el aspecto actual que presenta el jardín vertical es “lamentable”, según ha podido constatar la concejala del PP, que ha recogido el malestar de los vecinos y ha visto como la escasa vegetación se está secando.

Los concejales del Partido Popular recuerdan que en el último Pleno preguntaron por la situación de este espacio, señalando que el jardín vertical, “se vendió como una acción que iba a suponer un importante ahorro energético para los vecinos, unos 500 euros al año, y serviría también para reducir los niveles de contaminación”.

Sin embargo, “ni el alcalde ni el concejal del área han dado explicaciones sobre si se ha hecho un estudio para evaluar esas supuestas ventajas y, en su caso, los resultados de esa evaluación”, lamenta la portavoz popular.

En cualquier caso, tres años después de su instalación y según afirma Hormaechea, los vecinos siguen pensando que ese dinero “se podía haber invertido en mejorar el barrio, o incluso en haber pintado un mural bonito y el pueblo se habría ahorrado un dineral”.


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