REDACCION | Sábado 20 de junio de 2020
Los datos de fallecidos publicados este viernes 19 de junio por el Ministerio de Sanidad son BASTANTES INFERIORES a los que presentan otras instituciones y estudios como el INE, las comunidades autónomas y el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria.
Después de doce días con la cifra congelada para dar tiempo a las comunidades autónomas a actualizar sus datos, el Ministerio de Sanidad reveló ayer que el total de fallecidos por SARS-CoV-2 era, hasta este viernes, de 28.315 personas. La cifra supone 1.179 muertos más que el 7 de junio, cuando el cómputo de muertos se detuvo en 27.136.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, Fernando Simón, defendió ayer estas cifras como "las muertes reales" —al tratarse de casos confirmados por una prueba PCR—. Aseguró, además, que la diferencia de más de 14.000 muertos con el Sistema de Monitorización de la Mortalidad (MoMo) es que AÚN se desconocen las causas que provocaron la muerte de muchas personas durante esta pandemia.
Los más de cien periosdistas convocados "telemáticamente" CUESTIONARON a los funcionarios sobre el tema, pero estos se enrocaron en sus argumentos de siempre, que van EN CONTRA de lo que pide la Organización Mundial de la Salud (OMS) a todos los países.
Simón explicó que el certificado de defunción contiene una notificación administrativa que va a los Registros Civiles para poder enterrar al fallecido, pero tiene otra parte que es la médica y que permite conocer la causa de defunción. «Para que esa identificación de la causa de muerte quede registrada como definitiva puede llevar entre 9 y 12 meses –emplazó–. Esos datos quedan luego registrados en el INE, pero le llevará al menos un año». La explicación no convenció ayer a los forenses.
José Cabrera, psiquiatra forense y médico del Registro Civil, ANULÓ la versión de Simón, al explicar que cuando llega un documento incompleto o incorrecto al Registro Civil, el médico del registro lo «devuelve» al facultativo de cabecera o firmante del certificado para su modificación. No hay plazo alguno fijado en la ley de Policía Mortuoria y Sanitaria ni en los reglamentos para rectificar un error en el certificado de defunción siempre y cuando se justifique documentalmente, dice Cabrera. Existe un modelo a rellenar para tal rectificación. Pero tanto para este médico como para los psiquiatras forenses consultados por el diarioi ABC (algunos de los cuales no han querido especificar su nombre por "estar politizándose los muertos") señalan que no se va a poder saber el volumen real de muertos.
"Nos quedan 13.000 fallecidos ahí, pero no podemos ubicarlos ahora". Esta sola confesión bastaría para desacreditar a Fernando Simón si a lo largo de estos tres largos meses de estado de alarma no hubiese demostrado en más de una ocasión no solo su negligencia, sino su catadura ética a la hora de referirse -o ignorar- a las víctimas de la Covid-19. Tras haber cambiado varias veces de metodología de recuento de fallecidos -en una de ellas desaparecieron de la lista 2.000 personas- y después de 12 días sin actualizar las estadísticas de muertos por la pandemia -algo insólito e inexplicable para la comunidad internacional-, el responsable epidemiológico del Gobierno de Sánchez e Iglesias dio la nueva cifra de víctimas mortales, que asciende, según él, a 28.313. Muertes de personas que NO se corresponden con las que facilita el INE (47.998 personas muertas), el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (43.340 personas muertas), o la Asociación Española de Profesionales de los Servicios Funerarios (43.985 personas muertas).
Tal y como señala el diario El Mundo en su editorial de este sábado 20 de junio "Los muertos no desaparecen, aunque se oculten. La única explicación para este despropósito, que supone un insulto irrespetuoso a las víctimas, a sus familiares y, por extensión, a toda la ciudadanía, es de motivación política. Conscientes de que su falta de previsión a la hora de tomar medidas de precaución y su incompetencia como gestores han convertido a nuestro país en uno de los que presenta mayores índices de letalidad en todo el mundo, no han dudado en manipular las estadísticas y ocultar datos para intentar acallar las críticas, blanquear su gestión, amortiguar el desprestigio internacional de nuestro país y evitar tener que rendir cuentas ante la Justicia. Pedro Sánchez ha ido incluso más lejos con afirmaciones triunfalistas tan inaceptables como la de haber salvado la vida de 450.000 personas gracias a su política de férreo confinamiento".
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