Miércoles 24 de junio de 2020
Una noche más
Su risa irrumpe , como un cristal que se rompe en mil añicos quebrantando el silencio.
Una risa inmotivada y estridente que vence y entierra mil añoranzas.
Una risa a mandíbula abierta de par en par, sin miedo a que entre o salga nada. Una risa que devora el aire para después despecharlo.
La cabeza echada hacia atrás con la mirada al cielo y el cabello acariciando el suelo.
Su pelo ilumina la oscuridad añadiendo estrellas al firmamento escondido tras las nubes negras de sus pesares.
No camina, baila con la melodía que produce el viento al acariciar el vestido que cubre su cuerpo, debajo desnudo. Sin prenda interior que sujete sus curvas repletas de caricias y besos tatuados por amantes pasados.
Amantes olvidados.
Recordados acaso en noches de tormenta y lluvia en las que extraña un cuerpo fuerte al que abrazar. Una piel áspera que después de amar desprenda un aroma animal y salvaje.
Es de noche, una más. Está sola, amándose sin compañía, aún así ríe abandonando la cabeza que vencida cae hacia atrás, adornando el cielo con su pelo, rompiendo el silencio con los cristales imaginados que estallan con su risa angelical y única.
Una noche más, solitaria, insomne.
Una noche que parece no acabar jamás...
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