Jueves 23 de julio de 2020
Duermevela de amor
Se cierra la noche en su alcoba y en sus cuerpos desnudos que comparten lecho.
Se enredan sus cabellos y sus sueños que reposan en la misma almohada confundiéndose ambos de dueño.
Bajo las sábanas se juntan sus brazos que son cuatro pero como si solamente fuesen dos mientras se acarician la piel y el corazón.
Se cruzan sus piernas esculpiendo una escultura helénica perfecta cuando inconscientemente se buscan para darse calor.
Respiran el mismo aire cerrado por una puerta impenetrable, por una ventana clausurada tras la que no existen la lluvia ni el viento, la noche ni el día y el universo es solo de dos.
Miedos y demonios se quedan fuera acechando envidiosos, esperando inútilmente un resquicio de descuido para poder entrar y romper lo inquebrantable.
Comparten el mismo aire viciado de amor exclusivo, impregnado de olor a lujuria desmedida.
Abren los ojos y sonríen a la vez juntando los labios.
La risa llega a sus bocas mezclándose con el sabor de los dos, convirtiéndose en seda.
Se beben para después comerse. Se comen para después beberse.
Amanece y pasa el día en el duermevela aletargado de reciente amor.
Vuelve la noche y se duermen sin despegarse alimentándose solamente de enloquecida pasión.
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