OPINIÓN

Los versos sueltos de Natalia : Cantos de sirena

Sábado 15 de agosto de 2020
Cantos de sirena

La luna luce llena y su reflejo se pinta en la mar que descansa por unas horas de su bravura y se balancea suavemente.

Resacosa por la última tormenta, esconde bajo una aparente placidez su temperamento imprevisible.

El horizonte no existe, desdibujado por la noche se junta con el firmamento uniendo lo humano y lo divino, enlazando el principio con el fin, como solo ocurre en el mar.

Cierra los ojos para dejarse acunar por el vaivén y aparta el catalejo empapado de lágrimas de nostalgia, de sueños inalcanzables, de tesoros por encontrar y de sal.

La bandera ondea resquebrajada y orgullosa confundiéndose con la negrura impenetrable de la noche, restallando el silencio de su soledad.

Ronronea la madera del casco dejándose querer por las olas que la acarician lamiendo sus heridas recientes, fingiendo arrepentimiento por su anterior maltrato.

No guarda rencor pero no se deja engañar, sabe que otra tormenta salvaje puede llegar en cualquier momento.

Aún así se abandona a las caricias de las melenas blancas y sedosas del océano dormido sobre su armazón.

Pasa la mano ajada por su pierna de palo y sonríe recordando las grandes proezas logradas en alta mar. Acaricia su ojo de vidrio como si fuera un trofeo por arduas conquistas que jamás se contarán.

Escucha con ensoñación los gemidos del barco y el ulular de la brisa al mover su coleta entrecana y despeinada.

Hace oídos sordos a los cantos de sirena que lo reclaman desde el fondo del océano pretendiendo que acuda a su llamada con falsas promesas de amor eterno para apropiarse de su alma de lobo de mar, libre y bondadosa.

Todos duermen menos él que vigila la noche como si estuviera en su mano cambiar los designios divinos, como si por hacerlo, fuese a alterar el destino de un pequeño navío olvidado en la inmensidad inacabable del mar.




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