Los "'adosados" al rey Juan Carlos

El árbol genealógico de la Familia Real es cada vez más extenso. Mientras don Juan Carlos se afana en delimitar el número de miembros de la Primera Familia, según un comunicado emitido a finales de 2011 tras conocerse la investigación a Iñaki Urdangarin dentro del Caso Palma Arena, a su alrededor surgen personas que, aprovechándose de su condición de pariente real, se empeñan en mantener comportamientos poco ejemplares que influyen negativamente sobre la imagen de la Monarquía. SIGUE



Así, el rey ha visto esta misma semana cómo su sobrino más díscolo y controvertido, Fernando Gómez Acebo, protagonizaba un altercado en el aeropuerto de Barajas, según adelantaba en exclusiva Vanitatis. Todo comenzó cuando una de las azafatas de una conocida aerolínea de bajo coste con la que volaban instó a su mujer, Mónica Martín Luque, a guardar su bolso de Loewe en la maleta, alegando que sólo podían llevar un bulto. Con gritos del estilo de “Esto es de cuarta” y “que venga la Guardia Civil”, el hijo de la infanta Pilar provocó un retraso en el vuelo para finalmente no embarcar.

Su sobrino le ha provocado muchos más quebraderos de cabeza, como aquella vez en la que, también en el aeropuerto de Barajas, se negó a recoger las heces de su perro exigiendo que llamaran al servicio de limpieza y que "no tenían ni idea de quién era él", o como cuando colocó en su vehículo, aparcado en segunda fila, un cartel de "Prioridad oficial. Casa de Su Majestad el Rey" para irse de compras y de cañas con su mujer por la Milla de Oro madrileña. Este último hecho provocó el malestar de Casa Real, que consideró "inaceptable" su comportamiento y se desmarcó de este tipo de "movimientos familiares".

Telma, una bronca y una macrodemanda
También esta semana la hermana de la Princesa Letizia saltaba a la palestra informativa por un caso similar, aunque en esta ocasión, el altercado se produjo a las puertas del colegio de su hija, Amanda. Allí Telma Ortiz increpó a uno de los paparazzi que habitualmente la sigue con frases del tipo “Eres una basura y deberías ir a limpiar váteres, chaval” y “Eres un hijo de la gran puta. Me estás amargando mi vida en Barcelona”, según manifestó a este medio el propio fotógrafo, quien aseguraba además que la cuñada de don Felipe le había levantado la mano.

Este caso tampoco es un hecho aislado en la vida de Telma Ortiz, quien por cierto hace un par de meses fue acusada, por una modista catalana, de no pagar una deuda de 3.000 euros por un vestido y unos stilettos que lució en una de las fiestas previas a la boda de su hermana. Célebre es la demanda cósmica que interpuso contra más una treintena de medios de comunicación para que estos dejaran de “captar, publicar, distribuir, difundir, emitir o reproducir imágenes o instantáneas” de ella, de su entonces pareja y de su hija.

Urdangarin y los puestos 'a dedo' de los parientes reales
El tercero de los vértices de este peculiar triángulo lo compone Iñaki Urdangarin. El considerado annus horribilis de don Juan Carlos, 2011, finalizaba con la imputación del yerno real acusado de presuntos delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación, fraude y falsedad documental, dentro de la pieza separada del Caso Palma Arena, una situación derivada de los negocios privados del duque de Palma gracias a su condición de miembro de la Familia Real.

Aunque ha sido este último escándalo el que más perjuicio ha causado a la Corona española, lo cierto es que todos ellos contribuyen a menoscabar y deteriorar la imagen una monarquía que, no obstante, en los últimos tiempos ha promovido ciertos nombramientos a dedo, causantes de una gran controversia, cuando no de una enorme polémica.

Tal es el caso de Iñaki Urdangarin, cuando, a instancias de la Casa Real, fue fichado por Telefónica para ocupar una silla como consejero de su división internacional en 2006 –tras su salida del Instituto Nóos- y, posteriormente, enviado a Washington, justo cuando la sospecha sobre los negocios llevados a cabo por el organismo comenzaban a planear sobre el duque de Palma.

El segundo de los cargos a dedo obtenidos por parientes de la Familia Real es el de Telma Ortiz como número dos del departamento de Relaciones Internacionales del Ayuntamiento de Barcelona, una designación que se llevó a cabo sin la pertinente oposición y que coincidió casi en tiempo y espacio con el traslado familiar de los duques de Palma a Estados Unidos. Este cargo, que mantuvo tras las pasadas elecciones del 20-N, le reporta cerca de 80.000 euros brutos anuales.

Como en el caso de algunos parientes de personalidades políticas, también hay quienes han renunciado a determinados puestos debido a las críticas suscitadas por su parentesco real. Tal es el caso de una tía de Letizia, Henar Ortiz, quien en una carta remitida el pasado año a los medios de comunicación asturianos, renunció al cargo de presidenta de la Asociación del Cáncer de Ribadesella un mes después de su nombramiento aludiendo a los comentarios negativos que había recibido por ser la tía preferida de la consorte de don Felipe. En cualquier caso, y aunque no le gusta ejercer de tía real, lo cierto es que su parentesco le ha reportado ciertas ventajas a Henar Ortiz, amiga personal de la baronesa Thyssen. No en vano, hace varias semanas firmaba un artículo de la revista Hola en la que no dudaba en entrevistar a la viuda de Sabino Fernández Campo, jefe de la Casa Real en los 90.

Otros cargos no han sido designados, al menos de forma directa y a dedo, a instancias de Zarzuela, pero cierto es que su condición de parientes reales ha influido positivamente en que posean puestos de relevancia en importantes empresas internacionales, como es el caso de Simoneta Gómez-Acebo como directora de Comunicación de Cartier o Jaime de Marichalar, exduque de Lugo, como miembro de los Consejos de Administración de Loewe y LVMH.