Pintorescas y divertidas, desde que se fabricó la primera tragamonedas, esta máquina de azar ha estado en permanente innovación. De la mano con los desarrollos tecnológicos, es posible jugar desde esta web de tragaperras gratis y disfrutar de sus luces, colores, temas y emocionantes sonidos mientras te entretienes.
La segunda revolución industrial trajo consigo innumerables innovaciones, cada avance permitía nuevos inventos. En el área del entretenimiento uno de los mayores impactos fue la creación de las máquinas tragamonedas. Es muy posible que este boom tenga que ver tanto por la novedad, como por la posibilidad de interactuar con estas máquinas, ya que jugar con ellas estaba al alcance de todos los sectores sociales.
A finales del siglo XIX e inicios del siglo XX proliferaron diferentes tipos de equipos que se activaban con monedas, eran tan populares que se encontraban en casi todos los espacios públicos. Poner a funcionar una máquina con la posibilidad de obtener un premio, puede haber sido algo muy gratificante para los ciudadanos. La población, que veía el mundo avanzar con cambios y transformaciones en la forma de producir, también podía divertirse con las máquinas.
Esta segunda revolución industrial significó el paso primordial a la automatización, en la medida en que comenzaron a incrementarse el uso de las máquinas, también surgió la necesidad de proyectar su éxito a otros espacios y no solo en las fábricas. Este nuevo desarrollo trajo consigo la valoración de la combinación de los aspectos utilitarios y estéticos, cobrando relevancia un nuevo derrotero: el diseño industrial.
Cuando es creada la primera máquina tragaperras por Charles Fey entre 1891 y 1895, ya existían algunos prototipos de máquinas de entretenimiento con engranajes que activaba un mecanismo en movimiento. La kalamazoo fue la máquina antecesora a la famosa Liberty Bell creada por Fey, era una máquina mucho más grande y representaba el juego de poker. Es decir, se trataba de jugar poker mediante una máquina cuyos carretes giraban al bajar una palanca.
Charle Fey un ingenioso y hábil, mecánico automotriz inmigrante alemán, creó su invento basándose en ese artefacto rudimentario y le introdujo una serie de modificaciones, perfeccionando esa primera máquina de un solo brazo. Hizo más atractivo jugar con ella, porque aumentó las probabilidades de ganar al reducir de 5 a 3 rodillos.
También le dio unos símbolos propios al agregar campanas y herraduras. La campana que significaba la libertad y la herradura que representa la suerte, eran un gran toque de originalidad. El premio mayor se obtenía al lograr fila de campanas.
Otra de las grandes innovaciones que introdujo Charles Fey a esta primera slots fue la posibilidad de dispensar en forma automática el premio, los prototipos anteriores requerían que la persona ganadora cobrase el premio en la caja del establecimiento. También le redujo el tamaño y peso, además le dio un diseño más estético, acorde con las tendencias de finales del siglo XIX. Fey colocó las tragaperras en diversos salones y bares. La estrategia no fue vender, ni alquilar, sino repartir con el dueño del establecimiento las ganancias en partes iguales.
Desde esa primera tragaperras realizada sobre la base del perfeccionamiento se fueron generando nuevos diseños, algunos no relacionados con los juegos de azar. En ese periodo surgieron máquinas que ponían a girar un pequeño tiovivo, hacían pasar diferentes imágenes e incluso máquinas que adivinaban el futuro. Los slots eran todo un boom, todos querían interactuar con ellas.
En lo inmediato, debido a la popularidad que adquirió la Liberty Bell, pero además porque Charles Fey nunca patentó su creación, fueron fabricándose diversas versiones. Desde esa primera máquina tragaperras de 3 rodillos y un brazo activador, hasta el día de hoy, las tragaperras han sido objeto de transformaciones y cambios en concordancia con los avances tecnológicos.
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