REDACCION | Lunes 20 de diciembre de 2021
Encinas y bellotas, canicas de colores para elaborar pócimas, volcanes de lava avanzando por coladas, carabelas de corsarios a la caza de tesoros en un mar de islas, tanques rusos y alemanes en el campo de batalla, trenes atravesando Europa con viajeros a bordo, policías y ladrones, arañas tratando de atrapar hormigas, huevos de colores, dinosaurios en reconstrucción o aviones de combate de la Segunda Guerra Mundial. Todos estos personajes y accesorios y muchos más desfilaron como por ensalmo en la edición de Yebernalia’21, la fiesta de los juegos de mesa y rol más importante de la provincia de Guadalajara y el Corredor del Henares. Que se saldó con un balance de unos 800 visitantes, decenas de partidas de rol en vivo, cerca de 200 kilos de alimentos no pereceros donados a Cáritas y la práctica totalidad de los talleres de manualidades con las plazas disponibles agotadas. “El éxito de Yebernalia’21 confirma que estamos en el camino correcto: eventos seguros que harán que la marca ‘Valdeluz Ferial’ brille en 2022 con citas como esta, Expoastronómica o Etalent Days”, valora Miguel Cócera, alcalde de Yebes.
Detrás de esta feria del juego, la diversión, el ocio, la ilusión y el entretenimiento hay mil y una historias. La mayoría de ellas se disfrutan en vivo y en directo. Pero hay otras que son anónimas y merecen elogios por ser ejemplos de superación.
Como la de Estefi Leiva, una joven invidente natural de Chile que llegó hace apenas tres meses a España para promocionar una serie de juegos de mesa con accesibilidad universal y adaptados a braille, audiodescripción, lengua de signos y de lectura fácil para discapacitados auditivos, visuales e intelectuales.
“Es un proyecto de integración e inclusión de personas con o sin discapacidad de la editorial para la que trabajo que han tenido una magnífica acogida”, explica Leiva. Los juegos de mesa en cuestión son La Rendición, Parque Zoourios y Pa’fuera, que eran la primera vez que se presentaban en nuestro país. “Desde sus inicios Yebernalia apuesta por la inclusión a través de los juegos de mesa para que personas con o sin discapacidad puedan disfrutar de momentos de ocio compartido”, explica Juan Antonio Perojo, concejal de Cultura. Como en la edición de 2019, cuya jornada se adaptó a pictogramas y tuvo sesiones silenciosas para personas con autismo.
Pero si algo ha destacado el público en esta tercera edición de Yebernalia ha sido la seguridad que imperó durante las diez horas de Yebernalia’21. Con toma de temperatura en el acceso al recinto, entrada y salida diferenciadas, reparto de mascarillas, gel hidroalcohólico en cada uno de los tableros de juego, distancia de seguridad entre las mesas y ventilación intermitente. “A media tarde hubo que prohibir el acceso al alcanzarse el aforo limitado, algo que entendieron los asistentes y que les obligó a guardar unos minutos de espera”, explica Perojo.
Otro de los aspectos que llamó poderosamente la atención, sobre todo, entre las familias, fue la posibilidad que ofrece esta feria de los juegos y el tiempo libre de incorporarse a mesas de juego en las que el jugador se puede mezclar con otros a los que no conoce.
“Eso te permite no solo interactuar en un ambiente cordial y distendido ajeno a la zona de confort que ofrece el núcleo familiar, sino también competir en igualdad de condiciones”, valora el concejal de Cultura.
Medio centenar de empresas y firmas comerciales apostaron en esta edición por Yebernalia, cifra similar a la que moviliza la organización. Durante toda la jornada, la ludoteca fue un trasiego de gente que iba y venía a la caza y captura de juegos que probar en familia, a solas, en pareja o con los amigos. Allí estaban los demostradores para orientar a los jugadores sobre las reglas y objetivos, un contingente de personas a los que hay que sumar los ‘protos’, creadores de prototipos que acudieron a esta feria para conocer la opinión del público y escuchar recomendaciones de cara a mejorar el producto final. Así, fue habitual ver a familias enteras acercarse a la zona comercial para adquirir el juego elegido entre los que habían probado y que más les había convencido. Aunque también hubo quién prefirió esperar al sorteo final para confiar en la suerte y llevarse a casa el juego de mesa con el que habían soñado durante todo el día. Y es que Yebernalia es así: cumple los sueños de grandes y pequeños.
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