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Celebración de las Águedas de Cogolludo con la ilusión de una fiesta sin restricciones en 2023

REDACCION | Miércoles 02 de febrero de 2022
La fiesta de Santa Águeda en Cogolludo va a recuperar en el año 2022 algunos de sus elementos esenciales, pero aún no todos, debido a la pandemia.

A las doce de la mañana del sábado, 5 de febrero, está prevista la reunión de todas las Águedas en la Plaza Mayor. Habrá nombramiento de Alcaldesa Mayor, este año será Emilia García García, y entrega del bastón de mando por parte del alcalde de Cogolludo, Juan Alfonso Fraguas, en la puerta del Ayuntamiento, para evitar aglomeraciones de personas en lugares cerrados, pero no habrá pregón.

Después, todas las águedas juntas subirán desde la Plaza Mayor a la Iglesia de Santa María, sin que haya imposición de la banda a la Alcaldesa Mayor.

La ofrenda floral, siempre de flores blancas y rojas, a la Santa se llevará a cabo siguiendo todas las medidas antiCOVID, por lo que el Ayuntamiento insiste en el uso de mascarilla, un poco de paciencia y prudencia para mantener la distancia de seguridad.

La procesión sí tendrá su recorrido típico, dando una vuelta a la Plaza Mayor, y, de regreso a la iglesia, en el atrio de Santa María, se subastarán los brazos de las andas y las ofrendas que previamente se han hecho a la santa por las mujeres.

A todos los actos asistirán, con sus trajes típicos, las mujeres, jóvenes y niñas, formando un singular espectáculo multicolor. La fiesta de Santa Águeda, es por lo tanto, también una exaltación del traje típico regional. Por motivo de la pandemia, se suspenden los tradicionales bailes y la comida de hermandad.

Los gastos de la fiesta los paga la Asociación de Mujeres de Santa Águeda. Esta fiesta, además de ser fiesta local de Cogolludo, lo es de Interés Turístico Regional y Provincial.

La historia

La fiesta de Santa Águeda (5 de febrero) tiene en Cogolludo una tradición documentada de siglos. Y, por lo tanto, es una de las celebraciones más arraigadas y más sentidas de todo el año en la villa serrana. “Mantenemos la ilusión de que, por fin, en el año 2023, la fiesta se pueda celebrar de forma plena”,
señala Juan Alfonso Fraguas, alcalde de Cogolludo.

La primera cita histórica que se tiene de esta fiesta la ofrece el “Libro de rrentas y propios de la villa de Cogolludo que comiença el año 1594”, donde puede leerse el siguiente asiento: “ Ytem dos rreales que pagó de los derechos de la missa del día de Santa Agueda al liçenziado Alonso Criado (cura
teniente de la iglesia de San Pedro) que diçe cada un año este Conçejo”. El hecho de que pagara el Concejo la misa de Santa Águeda indica que se trataba de una fiesta popular, no de una cofradía o una celebración religiosa al uso. Y aclara aún más: “que diçe cada un año este Conçejo”, o sea, que, ya
por entonces, era una costumbre establecida.

La imagen de Santa Águeda estuvo en su retablo situado en el frente del brazo norte del crucero de la iglesia de San Pedro, hasta que fue saqueada ésta en la guerra civil. Y era en esta iglesia donde se celebraba dicha festividad. Como eran también sus campanas las que se volteaban la víspera de Santa
Águeda invitando a las mujeres a la fiesta. Tanto entusiasmo ponían las mujeres en tocar las campanas que las rompieron alguna vez; para evitar abusos, el cura de San Pedro puso una tasa de cinco reales por cada vez que se volteasen las campanas, lo que limitó su uso (1732). Perdido el rastro de la fiesta, ésta no vuelve a tomar protagonismo hasta los primeros años del siglo XX, aunque de esas fechas lo único que se recuerda es que se volteaban las campanas de San Pedro, celebrándose los actos religiosos en esta iglesia; las mujeres, por barrios, se reunían para merendar; después, por la noche, se hacía baile con el organillo, donde las mozas sacaban a bailar a los hombres.

Fue en el año 1925 cuando, volteando las mujeres las campanas de la iglesia de San Pedro en las vísperas de Santa Águeda, la señora Elisa “la lavandera”, rompió una de ellas al enredarse su mantón de seda en la misma. Pasada la guerra civil se retomó la tradición, aunque esta vez más en serio, puesto que en el año 1945 se formó la primera junta que se hizo cargo de instaurar la fiesta. Fiesta que, como no había imagen de Santa Águeda, consistía en merendar juntas las mujeres y organizar el clásico baile que mantenía el privilegio femenino de sacar a bailar a los hombres.

La fiesta religiosa se inició en el año 1950, año en el que con la nueva imagen de la Santa se pudo hacer la procesión como era costumbre inveterada. Así fue celebrándose la fiesta año tras año, hasta que en el 1980 un hecho vino a dar un nuevo empuje a la misma: la junta de este año estrenó los trajes típicos regionales que se habían confeccionado en el Taller de Artesanía. Aquello fue el punto de arranque del auge del citado traje. Hoy, son cientos las mujeres que lo lucen en la fiesta de Santa Águeda.

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