REDACCION | Lunes 07 de febrero de 2022
La campaña electoral en Castilla y León se le está haciendo larga, muy larga, al Partido Popular y a su candidato, Alfonso Fernández Mañueco. Cuando disolvió las Cortes regionales y adelantó la convocatoria a las urnas, a finales de diciembre, las encuestas le situaban al borde de la mayoría absoluta. Pero en poco más de un mes ha visto cómo esa ventaja teórica se ha ido reduciendo.
Según el último barómetro de GAD3 realizado para ABC, el PP ahora mismo ganaría las elecciones autonómicas, con un 36,1 por ciento de voto, que le permitiría tener entre 34 y 37 procuradores en las Cortes regionales, donde la mayoría absoluta se sitúa en 41 escaños de un total de 81. A simple vista, el resultado parece bueno, sobre todo si se compara con lo que obtuvo en las urnas en las elecciones de mayo de 2019:31,5 por ciento de voto y 29 escaños.
El partido de Abascal y Juan García-Gallardo encara los últimos días de campaña con una estimación de voto del 15,1 por ciento, que le daría entre 11 y 13 escaños. Desde el pasado mes de enero, este partido ha ganados dos puntos, y su crecimiento respecto a las elecciones autonómicas de mayo de 2019 es muy significativa: ha multiplicado por tres su voto. En aquellos comicios, se quedó en el 5,5 por ciento de los votos, con un solo diputado. En una comunidad con nueve provincias, donde es necesario alcanzar el 5 por ciento de votos como mínimo para poder tener representación, en cuanto un partido consolida su presencia en toda la región puede llegar fácilmente a los nueve diputados:uno por cada circunscripción.
El PP y Vox sumarían entre 45 y 50 procuradores, muy por encima de los 41 que marcan la mayoría absoluta. En las circunstancias que refleja el barómetro de GAD3, ambos parecen condenados a hablar y pactar después de las elecciones del 13 de febrero.
El partido de Inés Arrimadas y Francisco Igea puede quedarse en blanco el próximo domingo, aunque en las últimas semanas ha mejorado algo su tendencia. El barómetro de GAD3 deja a Ciudadanos en un 4,3 por ciento de estimación de voto, que no le garantizará ni el escaño de Igea por Valladolid. Desde enero, este partido ha subido 1,7 puntos, pero sigue sin ser suficiente para que se traduzca en diputados consolidados. Desde las elecciones de 2019, este partido se ha dejado por el camino 10,6 puntos.
El bloque de izquierda está liderado por el PSOE, que pierde la primera posición que logró en las elecciones autonómicas de 2019 y se mantiene en una persistente línea descendente. En este momento estaría en el 28,9 por ciento de estimación de voto, dos décimas menos que en enero y, ojo, seis puntos menos que en los últimos comicios. Los socialistas se quedarían en una horquilla de 25-28 procuradores. Cuando ganó las elecciones en 2019, el PSOE alcanzó los 35 diputados autonómicos, pero se impuso la coalición de PP y Ciudadanos, con un total de 41.
El PSOE cuenta con Unidas Podemos como primer aliado, una formación que está subiendo en las últimas semanas y ya está en el 7,4 por ciento de estimación de voto, eso sí, con solo dos o tres escaños. En un mes ha subido 1,4 puntos, y desde las elecciones, 2,4 en total. A Unidas Podemos no le ha venido mal la polémica de Garzón y las macrogranjas, ya que le ha permitido reforzar su discurso ‘ecologista’ y movilizar a un electorado siempre dispuesto a agitar banderas y pancartas.
El PSOE y Unidas Podemos sumarían entre 27 y 31 escaños, muy lejos de la mayoría absoluta.
Una de las novedades en las elecciones del próximo domingo en Castilla y León puede ser la irrupción de formaciones localistas, y en concreto la victoria de una de ellas, Soria Ya!, en su circunscripción. Según el barómetro de GAD3 para ABC, esa plataforma se convertiría en primera fuerza política en Soria, al ganar dos de los cinco procuradores que aporta a las Cortes regionales.
TEMAS RELACIONADOS:
Noticias relacionadas