Después de tres años, Cogolludo ha celebrado su día grande, el día de la Virgen de los Remedios, con todas sus tradiciones, recuperando la solemnidad de la procesión vespertina. Este 2022 se cumple, además, el 425 aniversario de la consagración de la iglesia de Santa María al culto divino.
Es la Cofradía de la Virgen de los Remedios, uno de los colectivos más antiguos de la villa serrana, la que organiza los actos en honor a la patrona del pueblo. La Junta Directiva de esta hermandad la forman un abad, el tesorero, el secretario, los hermanos mayores, y cuatro camareras que se encargan de vestir a la Virgen y de la custodia de joyas, coronas, mantos y vestidos. El hermano mayor siempre es un hijo de Cogolludo, en muchos casos, como el de este año, inscritos al nacer o desde niños. Así sucedió con Daniel Saboya, hermano mayor saliente, inscrito con ocho años, y con Andrés Saboya, hermano mayor entrante -y hermano menor de Daniel- que lo fue con seis años.
La tradición recoge que el hermano mayor debe portar el cetro durante la fiesta, asumir la presidencia, e invitar a los cofrades a un refresco y a las habituales caridades, además de la obligatoriedad de estar presente en la procesión del 15 de agosto, por la tarde, una de las más emotivas, sino la que más, de la villa serrana, con más de dos horas de duración y un recorrido de prácticamente tres kilómetros.
Los actos religiosos comenzaban el pasado 7 de agosto, el primer día de la novena junto con la misa, oficiada por el párroco local, Mauricio Muela. Acudió, como es tradición, la corporación municipal.
La novena se ha venido celebrando, desde ese día, por las tardes, a las 20:30h. Así, todos los días se ha rezado el santo rosario media hora antes de la misa hasta ayer mismo, día 15 de agosto, fiesta de la patrona de Cogolludo, la Virgen de los Remedios.
Hasta 1678 se llamó a la Virgen, Nuestra Señora del Remedio, y desde esta fecha pasó a denominarse Nuestra Señora de los Remedios.
Ayer, a las 9 horas, tenía lugar la santa misa, y, a las 13:15 horas tenía lugar la misa solemne, con la Iglesia de Santa María llena de fieles. La ceremonia la engalanó musicalmente el coro parroquial de Cogolludo, con guitarras, laudes y piano acompañando a las voces. La ha concelebrado, junto al párroco local, José Luis Ruiz, el cura de Torrejón del Rey.
En el inicio de la ceremonia, y concretamente en el cántico del gloria, se producía uno de los momentos más conmovedores de las fiestas de Cogolludo. La imagen de la Virgen de los Remedios, oculta en el camarín bajo, con sacerdotes, monaguillos y hermanos mayores puestos en pie frente al altar y encabezando a los fieles locales, subía hasta ocupar su posición habitual, emulando, con ello, la asunción de María a los cielos. Se trata de una ceremonia antiquísima, una función medieval, incluida en la eucaristía en Cogollludo desde tiempo inmemorial. Una vez finalizada la ceremonia religiosa, le ha correspondido al hermano mayor invitar a los asistentes al tradicional ágape, en la explanada de la Iglesia de Santa María.
Ya por la tarde, a partir de las 19 horas, tenía lugar la novena y procesión por las calles de Cogolludo. Saliendo de la Iglesia de Santa María, hizo sus habituales seis paradas. La primera, en la Iglesia de San Pedro, la segunda en la calle Labradores, la tercera, en la Plaza de la Acacia, la cuarta en las Cuatro Esquinas, y la quinta, detrás del Palacio, en la calle Nueva Alta. En cada una de ellas se rezó el rosario. El coro de la iglesia, acompañaba la procesión subrayando las plegarias con sus canciones. En la sexta parada, en la Plaza Mayor, los padres que lo desearon ofrecieron a sus hijos más pequeños a la patrona de Cogolludo, pasándolos bajo el manto de la Virgen, para que les de salud y les proteja siempre. De esta manera, el pueblo salía al encuentro de su patrona, en cada barrio de Cogolludo.
A continuación la procesión continuaba por la calle Jesús y María, seguía por la antigua calle de La Estrella, hoy llamada Juan de Mingo, y finalizaba en el atrio de la iglesia Santa María, siempre a hombros de los fieles, con los leves descansos de las paradas.
Allí mismo, en el atrio, tenía lugar la subasta de los brazos de las andas, el estandarte y las ofrendas, como había sucedido también en el inicio de la procesión. El subastero fue Francisco José García. Una vez finalizada, los feligreses, en el interior del templo cantaron la Salve a la Virgen, y, a continuación, tenía lugar igualmente la veneración de la medalla de la Virgen de los Remedios con la inclinación de la cabeza, momento en el cual finalizaban los actos religiosos del día grande de las fiestas de Cogolludo.
El alcalde de Cogolludo, Juan Alfonso Fraguas, ha agradecido su colaboración a los voluntarios de Protección Civil, que han velado por la seguridad vial y regulación del tráfico durante la procesión, y a la Hermandad y Parroquia “en este año tan especial, en el que nuestras fiestas han vuelto a la normalidad, con todo lo que ello implica”. Acompañando a los vecinos de Cogolludo han estado el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido, el senador Rafael Esteban y el alcalde de Sacedón, y diputado regional, Francisco Pérez Torrecilla, entre otras personalidades.