REDACCION | Lunes 26 de septiembre de 2022
La tarde empezó pasada por agua y acabó con un shock que secó a todo el estadio. Entre media, más de noventa minutos en los que llovió, jarreó y en el que el Alba rozó los tres puntos pero se le escaparon dos de sus húmedas manos.
El inicio fue tosco, por la climatología y la pesadez propia del campo. El tiempo corría y el Albacete se iba situando en campo rival. Rubén Martínez, novedad en el once, y Juanma probaron fortuna y se quedaron cerca del marco rival. Poco antes de la media hora, el FC Andorra se quedó en inferioridad por expulsión. De ahí al descanso el Alba dominó y gozó de una clara ocasión, pero los goles tuvieron que esperar y, por desgracia, en plural y sobre la bocina.
El segundo acto empezó con un Albacete más intenso y vertical, combinando y buscando adelantarse, lo que llegó en el minuto 53. Maikel Mesa transformó un penalti a favor local tras derribo a Dubasin e inauguró el marcador.
Cambios, tarjetas y jugadas deshiladas protagonizaron el siguiente tramo de partido, hasta que en los instantes finales el cuadro andorrano apretó en pos del empate. Bernabé y la defensa les frenó pero en el tiempo añadido, como el pasado domingo, llegó el varapalo. Penalti a favor de los visitantes con el que se estableció el definitivo 1-1.
Punto pasado por agua que deja un sabor de boca extraño en los albacetistas, pero que también sirve para sumar de nuevo y alcanzar los once puntos.
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