GUADALAJARA

Cogolludo celebra sus primeras Águedas sin restricciones tras la pandemia

Después de dos ediciones en las que la COVID–19 fue la protagonista –la de 2021 y la de 2022–, este año Cogolludo celebrará por todo lo alto las Águedas, una de sus fiestas más esperadas. Los eventos tendrán lugar el 4 y el 5 de febrero. La Alcaldesa de Honor será la periodista Nines Oliver.

REDACCION | Miércoles 01 de febrero de 2023
Se la conoce como la «fiesta de las mujeres». Son ellas las que adquieren relevancia durante las mencionadas celebraciones. A lo largo de dos intensas jornadas –el sábado 4 y el domingo 5 de febrero–, se desarrollarán una multiplicidad de eventos, que hacen recordar una de las tradiciones más ancestrales de Cogolludo.

Las propuestas comenzarán el día de vísperas –que coincide con el 4 de febrero– a las 17.00 horas. En ese momento se darán cita todas las féminas en la plaza Mayor. Desde allí, las participantes acudirán –en comandita– al volteo de campanas y a las vísperas.

Seguidamente, la comitiva se dirigirá hacia el Ayuntamiento cogolludense, donde –desde las 18.30– se procederá al nombramiento de la Alcaldesa Mayor, que este año es Conchi Iruela, y a dar lectura al pregón oficial de las fiestas. Una vez concluida la intervención, el regidor –Juan Alfonso Fraguas– le hará entrega del bastón de mando, que deberá custodiar durante la totalidad de las celebraciones.

Poco después –a las 19.00 horas– se procederá a visitar la residencia de mayores, mientras que a las 19.30 se ofrecerá una limonada, así como un pasacalles –con charanga– por la villa. El sábado, 4 de febrero, concluirá con un baile popular en el palacio de los Duques de Medinaceli, muestra del más puro estilo renacentista peninsular. En ese mismo emplazamiento se degustará un chocolate.

Sin embargo, el día grande será el domingo 5, cuando –desde las 11.00 horas– el gentío se volverá a reunir en la Plaza Mayor para nombrar a la Alcaldesa de Honor, un cargo honorífico que este año le corresponde a la periodista arriacense Nines Oliver. A las 12.00 horas se desarrollará la misa, para –a continuación– proceder a la ofrenda floral y la procesión en honor de Santa Águeda.

Tras ello –a las 13.30– se ha previsto un baile vermú en la plaza Mayor, mientras que a las 15.00 se podrá acudir a una comida de hermandad en el palacio ducal de Cogolludo. Las fiestas de este año se cerrarán con la tuna y con un último baile en la antigua morada del linaje de los Medinaceli. Estas celebraciones han sido posibles gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Cogolludo y de la Diputación Provincial de Guadalajara.

El origen de todo

La fiesta de Santa Águeda presenta –en Cogolludo– una trayectoria de varios siglos, según se documenta tanto en legajos eclesiásticos como consistoriales. Sin embargo, una de las ocasiones en las que esta cita se ha dejado de desarrollar ha sido durante la pandemia de la COVID–19, cuando –durante dos largos años– la tradición sufrió severas restricciones. Pero no hay mal que 100 años dure. “Por fin, en 2023, las Águedas se van a desarrollar de forma plena”, señala Juan Alfonso Fraguas, alcalde de la localidad.

La pandemia no ha podido con la fiesta. Ni con la historia. De hecho, la primera referencia de esta celebración se remonta a finales del siglo XVI. La misma se puede consultar en el «Libro de rrentas y propios de la villa de Cogolludo que comiença el año 1594». En dicho compendio se incluye un asiento que dice así: «Ytem dos rreales que pagó de los derechos de la missa del día de Santa Águeda al liçenziado Alonso Criado (cura teniente de la iglesia de San Pedro) que diçe cada un año este Conçejo».

El hecho de que pagara el Concejo los oficios de esta santa indica que se trataba de una fiesta popular. Incluso, en el menciono compendio se indicaba: «que diçe cada un año este Conçejo”. En consecuencia, y aunque la cita referida es de finales del XVI, es muy probable que –en aquellas fechas– ya se tratara de una costumbre establecida en el municipio.

Hacia el siglo XVIII se pierde el rastro de la mencionada celebración, siendo a inicios del XX cuando se recuperó. Empero, esta rehabilitación fue –todavía– muy endeble. Lo único que se recuerda es que se volteaban las campanas de la parroquia de San Pedro, celebrándose los actos religiosos en dicho templo.

Además, las mujeres se reunían para merendar y, por la noche, se hacía baile con el organillo, donde las mozas sacaban a bailar a los hombres.

Pasada la guerra civil se retomó la tradición con todo su vigor. En 1945 se formó la primera junta que se hizo cargo de instaurar la fiesta. Una celebración que, como no había imagen de Santa Águeda –había sido robada durante la contienda–, consistía en merendar juntas las mujeres y organizar el baile que mantenía el privilegio femenino de sacar a bailar a los varones.

La fiesta religiosa se inició en 1950, año en el que con la nueva talla mariana se pudo hacer la procesión. Así, la tradición fue celebrándose la fiesta anualmente, hasta que en 1980 se dio un nuevo empuje a la misma, Se estrenaron los trajes típicos regionales que se habían confeccionado en el Taller de Artesanía de la localidad. Aquello fue el punto de arranque del auge de la citada indumentaria. Hoy, son cientos las ciudadanas que lo lucen en las celebraciones cogolludenses en honor a Santa Águeda.

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