REDACCION | Domingo 05 de febrero de 2023
Cuantos más partidos seguidos se ganan, más cerca se está de perder. El Alba llevaba tres jornadas venciendo y siete -¡SIETE!- sin conocer la derrota. Tan cierto lo que acaban de leer, como que el Helidoro Rodríguez López no es un estadio propicio para nuestros intereses: 3 victorias en las últimas 22 visitas. Pero este Alba de Albés se ha habituado a colorear contextos tan grises como el presentado. Y estuvo a punto de hacerlo de nuevo. Perdió por unos metros en la isla. Por unos malditos metros. Por 11, concretamente. Por el penalti –dudoso- que anotaron los locales. Y por los escasos metros, malditos metros, que alejaron nuestras ocasiones de las redes chicharreras. El 'casi' protagonizó así un partido que el Alba no mereció perder.
El Alba, recién ascendido, se presentó en un estadio de play off la pasada temporada decidido a acompañar al Levante en ese estatus de único equipo con cuatro victorias seguidas. Sin embargo, el Tenerife de Ramis, siete jornadas sin perder, no lo quería poner fácil. Arrancó con una marcha más y se encontró con un penalti que Enric no desperdició. Único disparo a puerta para ellos de todo el partido. Y tres puntos.
Después de ese tanto, el choque transitó por una nada futbolística que cambió a la vez que el tiempo. La lluvia trajo consigo esa conexión tan lumínica que firman Mesa, Fuster y Riki. Si bien, el equipo más goleador del campeonato no tuvo en la isla su día más clarividente de cara al marco contrario. Y escasos metros fueron los que impidieron que un remate de cabeza de Dubasin o un disparo de Mesa, que jugaba en su ciudad, no besaran las redes.
El segundo tiempo ya no tuvo ni esos compases iniciales para los locales. El Alba, que solo se dejó sorprender en una ocasión por Waldo, monopolizó el choque. Y cuanto más se acercaba el final del partido, más personalidad y coraje, propia de los equipos grandes, ponía sobre el tapete, empequeñeciendo y encerrando a todo un Tenerife en su casa. Y otra vez esos malditos metros impidieron el empate. Escriche, que debutó, acaparó las ocasiones finales del Alba. La más clara, la última del partido, un remate de cabeza que se marchó fuera por muy poco.
El Alba se marcha de vacío de la isla, pero ni mucho menos con dudas en la mochila. Ahora, deseando que los días pasen pronto para enfrentarnos al Málaga en el Belmonte.
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