Martes 21 de febrero de 2023
El pasado jueves, día 16 de febrero, a la conclusión de la formación permanente de los sacerdotes, se distribuía el cuaderno sinodal número 3, que lleva por título Evangelizamos. Este cuadernillo será trabajado en los grupos sinodales hasta el verano.
Los temas que se proponen en el mismo son de gran interés para impulsar la misión evangelizadora de la Iglesia. La reflexión sobre la familia, la vocación y misión de los fieles laicos, la evangelización del mundo rural, la formación cristiana y la celebración de la fe son temas de plena actualidad para el impulso de una nueva evangelización. Esto quiere decir que todos deberíamos reflexionar con los restantes miembros de nuestras comunidades cristianas sobre los temas propuestos, ofreciendo a la Secretaría del Sínodo Diocesano las aportaciones personales o comunitarias.
El Señor quiere contar con todos y cada uno para analizar la realidad a evangelizar, para proponer nuevos caminos de evangelización y para que nos impliquemos personalmente en esta nueva etapa evangelizadora a la que somos convocados. Como discípulos misioneros, no podemos dejar de asumir nuestra responsabilidad, puesto que el Señor y su Iglesia quieren contar con nuestra pequeñez para ofrecer al mundo de hoy la buena noticia de la salvación.
En el camino sinodal que la Iglesia universal y nuestra diócesis estamos recorriendo en estos momentos, además de orar por el fruto espiritual y pastoral de ambos sínodos, hemos de seguir peregrinando en comunión con aquellos que el Señor pone a nuestro lado como compañeros de viaje. El camino del cristiano tiene que ser siempre un camino sinodal porque, como discípulos misioneros, recorremos la misma senda, siguiendo las huellas del único maestro, que se ha definido a sí mismo como “camino, verdad y vida”.
Para ascender juntos con Jesús y llegar con él a la meta de la Pascua, el papa Francisco, en el mensaje que ha publicado con ocasión de la Cuaresma, nos invita a asumir dos invitaciones del Padre a los discípulos en el monte Tabor; para seguir recorriendo el camino sinodal. La primera invitación es a “escuchar a Jesús”, el Hijo amado, que sigue hablándonos hoy por medio de su palabra y por medio del testimonio de nuestros hermanos, especialmente de los más necesitados. La escucha mutua es el estilo y el método de una Iglesia sinodal.
La segunda invitación del Santo Padre, a partir de la contemplación del rostro transfigurado de Cristo y de la escucha de sus enseñanzas, nos convoca a levantarnos, a superar los miedos y a no refugiarnos en una religiosidad hecha de acontecimientos extraordinarios, por miedo a afrontar la realidad con sus fatigas, contradicciones y dificultades. Por eso, el Padre pide a los discípulos y, hoy, a cada uno de nosotros que, sin dejar de contemplar el rostro glorioso de su Hijo, descendamos a la realidad para ser “artesanos de la sinodalidad en la vida ordinaria de nuestras comunidades”.
Con mi bendición, feliz camino hacia la Pascua.
Atilano Rodríguez, Obispo de Sigüenza-Guadalajara
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