REDACCION | Lunes 15 de mayo de 2023
Woody Allen, excelente narrador de vaivenes vitales, expuso en la película “Match Point” la influencia de la suerte en la evolución personal. Sobre cómo cada decisión que tomamos tienen eco en cada hecho y decisión del futuro. Y como un pequeño detalle puede resonar de forma abrupta en la vida.
El 31 de enero de 2021, último día de mercado de fichajes de invierno de la pasada campaña, sobre la bocina y teniendo que ser rubricado al día siguiente, el Albacete Balompié firmó a Riki Rodríguez. Por avatares del destino se pudo hacer, pero a punto estuvo de no hacerse. El 30 de enero de este mes, Dani Escriche llegaba a Albacete para jugar lo que resta de temporada. El primero hizo una acción mágica para asistir al segundo, que derrochó talento y sangre fría para moverse con genialidad con balón y ceder a Maikel Mesa.
Del canario con acciones definitivas y definitorias no hace falta añadir mucho, porque de sobra es conocida su pericia para hacer suyo el destino. En Albacete, en Ibiza o en Cádiz.
Esa jugada, que quedará en en el recuerdo dentro de una temporada con momentos inolvidables, llegó en el minuto 39. Antes, el Alba dio un nuevo espectáculo de fútbol y pasión. Dominando, sin complejos, de tú a tú ante un equipo que hoy luchaba por volver a puestos de ascenso directo. Con novedades en el once y en el esquema, lo que no varió fue la actitud. Un equipo apto en todas sus líneas y ante un Belmonte vibrante, tocaba y retocaba. Así logró adelantarse y así casi dobla la ventaja justo antes del descanso.
A viva voz animó la gente en la reanudación, como lo hizo antes del comienzo. El himno suena tan bien a capela que el equipo toca los acordes correctos desde el inicio. Tan coordinado y estético quedó el mosaico que el equipo solo podía jugar de una manera: coordinada y estética.
El Alba no solo aguantó la ventaja, sino que hizo méritos para doblarla. Los ‘uys’ resonaron en más de 15.000 gargantas, perfectamente coordinadas. El tiempo pasaba, el Alba luchaba y la grada animaba. Así fue hasta que en el tiempo de prolongación, el anillo cayó en el suelo en lugar de en el río. Tras un córner a favor del cuadro babazorro, Higinio intentó despejar pero el balón acabó dentro. Porque el fútbol es como la vida. Caprichosa.
Con todo, el Alba está un punto más cerca de la promoción.
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