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Los meses de verano concentran la mayor cantidad de fiestas y recreaciones históricas

REDACCION | Martes 01 de agosto de 2023
Tras más de tres años en que un maldito virus anuló o paralizó las celebraciones festivas multitudinarias, el verano de 2023 está viendo de nuevo cómo cientos de miles de personas ponen su talento y su voluntad en recordar hechos históricos que marcaron épocas distintas en diferentes rincones de España. Así, cartagineses contra romanos; cántabros, astures, iberos, también contra los romanos; medievales de la vieja España, comendadores, imperiales y comuneros, gallegos contra Napoleón... y muchos otros han vuelto a tomar las armas (ficticias, claro), los uniformes, los escudos y gallardetes y a desfilar por las calles de pueblos y ciudades rememorando los viejos –en algún caso viejísimos– tiempos en que esos lugares fueron protagonistas de la Historia.

También personajes como los Reyes Católicos, Alfonso I el Batallador, Jaime el Conquistador, Alfonso IX, la Princesa de Éboli, Teresa de Jesús... y hasta los amantes de Teruel recrean de nuevo sus biografías en un ambiente festivo pero riguroso con el pasado. Y junto a ellos las decenas de miles de figurantes que pasan meses esperando los pocos días que duran las fiestas y representaciones históricas de las que son también protagonistas.

Una de las ventajas de estas fiestas históricas es que tienen lugar a lo largo de todo el año, lo que favorece el turismo fuera de temporada en las localidades donde se celebran. La elección de la fecha coincide a veces con la del hecho histórico que conmemoran. Por ejemplo, la fiesta de la Reconquista da Vila de Vigo se celebra en las fechas más cercanas al 28 de marzo, ya que fue ese día de 1809, cuando un alzamiento popular logró echar a los franceses y convirtió a Vigo en la primera localidad de Europa que expulsó al ejército de Napoleón de una plaza conquistada. En 2023 las fiestas se han celebrado entre el 25 y el 31 de marzo (el 28 es fiesta local). En otros casos, como en Carthagineses y Romanos que se celebra en Cartagena, y que conmemora la Segunda Guerra Púnica que duró casi 20 años, allá por el siglo III a.C. en la que brillaron personajes, hoy representados en la fiesta como Aníbal, Escipión el Africano, Amilcar Barca o Asdrúbal, y que se celebra a finales de septiembre, no hay una razón concreta para elegir esas fechas. En otros casos, la fecha no tiene un origen histórico, por ejemplo, Las Bodas de Isabel de Segura, más conocida como la de los Amantes de Teruel, se celebra en febrero, en fechas próximas al 14 de ese mes, fiesta de San Valentín, patrón de los enamorados.

Fiestas en verano

Como es lógico en los meses de verano se concentran buena parte de estas festividades. La temperatura es mejor, los días son más largos, mucha gente aprovecha sus días de vacaciones para acudir a las fiestas y, en general, las ganas de diversión y participación son mayores. Del casi medio centenar de celebraciones que forman parte de la Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas (AEFRH) más de la mitad tienen lugar entre final de junio y final de septiembre.

Precisamente coincidiendo con el inicio y el solsticio del verano, del 22 al 25 de junio se celebra la mencionada fiesta Arde Lucus en Lugo que este año exhibía por primera vez el carácter de Fiesta de Interés Turístico Internacional y que muestra la pacífica convivencia entre romanos y castreños allá por el siglo I de nuestra era. La presencia de Roma en Hispania es celebrada en diversas recreaciones históricas. En Astorga (León) tiene lugar la fiesta Astures y Romanos del 22 al 30 de julio que recuerda una convivencia no tan pacífica y la lucha por la conquista del territorio en el que se asentaron las tribus adoradoras del río Astura (actual Esla) contra el conquistador del imperio. Se recrea, año tras año desde 1986, cuando la celebración del bimilenario de la ciudad volvió a llenar las calles de Asturica Augusta de romanos que sólo pedían pan y circo.

La larga presencia romana en España durante casi siete siglos ha dado para mucho, desde que en el año 218 a.C. los romanos hicieran su entrada desembarcando en Ampurias hasta que en el siglo V d.C. llegasen los visigodos tras la caída del Imperio Romano de Occidente en 476, y en distintos lugares se celebra esa presencia de diferentes formas. Así lo recuerdan, entre otros, Iberfesta Olocau en Olocau (Valencia) el segundo fin de semana de junio; Mercaforum en Calahorra (La Rioja), Lakuerter Ibera en Andorra (Teruel), no confundir con el Principado; las Guerras Cántabras, grandiosa fiesta, reconocida como de Interés Turístico Internacional, que tiene lugar también en verano, del 25 de agosto al 3 de septiembre, en Los Corrales de Buelna (Cantabria), una manifestación lúdico festiva que pretende recrear y revivir los hechos ocurridos hace más de dos mil años, conocidos por las fuentes clásicas romanas como las guerras astur-cántabras (29 al 19 antes de Cristo); las Fiestas Ibero Romanas de Cástulo que tienen lugar en Linares (Jaén) durante el mes de mayo; la Festa do Esquecemento en Xinzo de Limia (Ourense) en agosto. Sin duda pocos lugares más apropiados para celebrar fiestas romanas como Mérida, donde con Avgvsta Emerita se ofrece la oportunidad de ser testigos de escenas cotidianas del mundo romano, aproximándonos a sus modos de vida, utilizando los escenarios originales que conforman el conjunto arqueológico monumental más completo y mejor conservado de Hispania, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

En todas estas fiestas se procura que la recreación sea fidedigna a la historia en las tramas, escenas, indumentarias, objetos, mensajes, aromas, sabores, etc. En todas ellas se celebran talleres, clases y eventos de distinto tipo: conferencias, teatro, gastronomía, talleres familiares, exhibición de esgrima histórica o de tiro con arco, cuentacuentos, visitas teatralizadas... pero lo que más llama la atención son las peleas de gladiadores y las carreras de cuadrigas, realizadas por auténticos expertos que van de fiesta en fiesta mostrando sus raras habilidades.

Coincidiendo en los tiempos pasados con la presencia romana en la Península, algunas fiestas recuerdan la vida de los iberos durante ese tiempo. Es el caso, por ejemplo de la Feria íbera de Barchín del Hoyo (Cuenca), con actividades encaminadas a difundir los valores de la cultura ibérica y de la ciudadela ibera Fuente de la Mota, o la Iberfesta Olocau (Valencia), igualmente centrada en la temática ibera, con origen en las investigaciones y proyecto de difusión del Puntal dels Llops, que se realiza el segundo fin de semana de junio con el objetivo de dar a conocer y difundir el patrimonio ibero que posee el municipio.

Evocar la Edad Media y el Renacimiento

El mayor número e recreaciones históricas, tanto en verano como durante los demás meses del año son las que evocan hechos ocurridos durante la larga Edad Media y el posterior Renacimiento, uno de los momentos más brillantes de la historia de España. Tal vez una de las más espectaculares es Imperiales y Comuneros que se celebra a mediados de agosto en Medina del Campo (Valladolid) y que, curiosamente, “celebra” la quema de la ciudad por las tropas del Carlos I en su lucha contra los comuneros de Castilla. Los caballeros con sus monturas y vistosa indumentaria o el pueblo llano con sus sencillos vestidos, con el impresionante fondo del castillo de la Mota, rememora unos hechos ocurridos hace algo más de 500 años.

Durante el verano son numerosas las fiestas que se celebran en todos los rincones de España. Algunos ejemplos: Jornadas Medievales de Cortegana (Huelva); Homenaje a Guillem de Mont-Rodón (Huesca); Los Exconxuraos de Llanera (Asturias); Pelayo, nuestro Rey en Cangas de Onis (Asturias); El Cronicón de Oña (Burgos); la Batalla de Atapuerca (Burgos); Ayllón Medieval (Segovia); Festival Medieval Villa de Alburquerque (Badajoz); Festival Templario de Jerez de los Caballeros (Badajoz); Festa da Istoria en Ribadavia (Ourense); Crónica Najerense (La Rioja); Fiestas de Moros y Cristianos de Murcia; Semana Medieval de Estella-Lizarra (Navarra); Festival Ducal de Pastrana (Guadalajara); El Sinodal de Aguilafuente (Segovia); Mojados, Corazón de un Imperio (Valladolid); La entrada de los Reyes Católicos a Borja (Zaragoza); El regreso del Comendador en Mas de las Matas (Teruel)...

Algunas de estas fiestas celebran momentos únicos en su historia, en ocasiones de solo unos días, como ocurre con Mojados, Corazón de un Imperio en un pequeño pueblo de la provincia de Valladolid, donde, sin embargo, se encontraron por primera vez el entonces joven Carlos I con su hermano el infante Fernando y el reconocimiento de éste a Carlos como emperador. Un caso parecido es la recreación de La entrada de los Reyes Católicos en Borja el 8 de agosto de 1492. También momentos especiales como en Festa da Istoria que se celebra en Ribadavia (Ourense) el último fin de semana de agosto y que recuerda algunos momentos del pueblo hebreo asentado en esta localidad gallega. Precisamente, también esta celebración aspira a ser Fiesta de Interés Turístico Internacional para lo que ha invitado a una decena de periodistas extranjeros que contribuyan con sus crónicas a cumplir el requisito de publicaciones en distintos países. En otras ocasiones la celebración no es tan grandiosa y recuerda hechos más sencillos pero con un gran interés cultural, como es el caso de El Sinodal de Aguilafuente, ya que este pequeño municipio de Segovia dio nombre al primer libro impreso en España, en 1472, el conocido como Sinodal de Aguilafuente, que contiene las actas del Sínodo diocesano celebrado en la villa en los primeros días de junio de ese año.

El gran atractivo de las recreaciones medievales y de casi cualquier otra fiesta son las numerosas actividades que los visitantes pueden presenciar y participar. Teatralizaciones, conciertos, comedias, animaciones, pasacalles, talleres, demostraciones artesanales, torneo de caballeros, así como la presencia de cintas, banderines, escudos, guerreros, bufones, caballeros, músicos, que dan color a la fiesta y, muy especialmente los distintos mercadillos de artesanía y gastronómicos que permiten saborear en el siglo XXI las delicias de los romanos, como el “pulmentum”, una papilla de harina de trigo o, más raramente, una versión actualizada del “garum” una salsa elaborada a partir de las vísceras del pescado fermentadas y mezcladas con vino, aceite, vinagre, sangre y agua. También de la época medieval se puede degustar durante algunas fiestas, la “adafina”, popular entre los sefardíes presentes en la España medieval, que bien puede ser el antecesor del cocido madrileño, la olla podrida de Castilla y León o el pote gallego. Y, naturalmente, no pueden faltar los célebres “Duelos y Quebrantos” manchegos que popularizó Don Quijote de la Mancha y que son fáciles de hacer hoy: huevo revuelto, chorizo y tocino de cerdo entreverado, todo ello preparado en la sartén.

Las fiestas y recreaciones históricas que pueblan toda la geografía española, especialmente en los meses de verano, son una ocasión extraordinaria para disfrutar de la cultura de otros tiempos, rememorar destacados hechos que fueron dando forma a nuestro país y gozar de la tradición, el arte, el folklore, la buena cocina y las ganas de fiesta de pueblos y ciudades grandes o pequeños repartidos por toda la geografía.

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