EDITORIAL

Guadalajara: 20.000 parados, 20.000 dramas personales de carne y hueso

REDACCION | Miércoles 22 de octubre de 2014
Guadalajara es la única provincia de Castilla-La Mancha que ha visto cómo en septiembre se ha incrementado la lista de sus parados o, lo que es lo mismo, el paro ha bajado en todas las provincias de Castilla-La Mancha menos en Guadalajara.


Ahora dirán que la cosa no está mal. Guadalajara se unirá al resto de provincias regionales y en octubre bajará el paro en todas. Nada más lejos de la realidad. Como bien dice Izquierda Unida de Castilla-La Mancha, los motivos de la bajada están en la época de vendimia. Un sector con poco relieve en nuestra provincia. Ese tono eufórico del Gobierno regional para jactarse de los datos del paro tiene las horas contadas. Esperemos a los datos de octubre.

El paro vuelve a ser el problema número uno para los españoles, con más de 4.600.000 apuntados al INEM en toda la nación. Y más si cabe de los castellano manchegos, en cuyas listas hay registrados casi 200.000 desempleados. Una cantidad que crece muy por encima de la media
nacional. En Guadalajara había cerca de 20.000 parados a finales de septiembre, de los que 2.300 son menores de 25 años.

Guadalajara ha ido creciendo poco a poco. Su transformación ha sido paulatina, casi imperceptible para los propios del lugar. Atrás quedó el gran desarrollo industrial que a mediados de los sesenta se experimentó. Atrás quedó la creación de sus polígonos industriales y la implantación de grandes fábricas e industrias que veían la ventaja de un suelo industrial barato cerca de Madrid. Cerraron Paulino Moreno, Interclisa, Colgate Palmolive, Bressel, Lovable, Tudor y otros muchos. Cerraba una fábrica y 500 personas a la calle, aquí no pasaba nada. Un mes tenso y una eternidad de calma simulada. Sin darnos, cuenta el sector industrial y manufacturero fue perdiendo empuje e importancia. La agricultura y ganadería resiste como puede, enfrentándose a la despoblación y la pérdida de renta disponible cada vez más acuciante (como bien señalaba el diputado regional José María Bris, en nuestro periódico la semana pasada).

Así las cosas, nuestra radiografía del PIB poco tiene que ver con la de los últimos 20 años. Hoy el 65% del PIB de Guadalajara corresponde al sector servicios; la agricultura y ganadería apenas llegan al 10%; y cada vez se hace más patente la diferencia entre las dos Guadalajaras, la de el Corredor del Henares y la denominada la otra Guadalajara.

Son 20.000 parados, 20.000 historias reales, de carne y hueso. Detrás de cada parado hay una familia, una madre, una esposa, un hijo, un tío, un sobrino. Una historia tan real como la vida misma. Un parado no es un número ni una estadística. Un parado es un drama personal. Un joven que no llega a fin de mes y tiene volver a la casa paterna. Eso en el caso de que la crisis de los últimos años le haya permitido marcharse. Unas jubilaciones anticipadas que hacen que el peso de llenar la bolsa de las pensiones se reparta cada vez entre menos trabajadores. Sin embargo, los políticos se reducen mínimamente unos sueldos grotescamente inflados para simular empatía.

La última encuesta del CIS indica que el paro es la máxima preocupación de los españoles. Los políticos, mientras tanto, viven ajenos a esta realidad. Ellos no
buscan empleo para sus votantes, buscan barcos en Galicia. El Gobierno nacional y el regional muestran su incapacidad para presentar soluciones. Sin embargo son muy buenos pidiéndoselas a la oposición para pisotearlas y echar balones fuera. ¿Es esta la política que nos merecemos los ciudadanos?◆

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