TOROS

El Juli se despide, tras 25 años, de Madrid por la puerta grande

REDACCION | Domingo 01 de octubre de 2023
El madrileño consiguió abrir la tercera Puerta Grande de su carrera en una tarde que, más allá del análisis pormenorizado de si fue justo premio o no, fue de emociones desbordadas y ya forma parte de la historia del toreo.

El diestro ha cortado las dos orejas del quinto toro de la corrida que se celebraba este sábado en Las Ventas y sale a hombros en la tarde de su despedida de la afición madrileña.

El Juli, que en su primero dejó momentos entonados sobre la mano derecha, se mostró muy rotundo con ese segundo toro de su lote, el último de carrera en la Monumental madrileña, en una faena emocionante y muy bien acogida por los tendidos, que, tras la rúbrica de un certero espadazo, la granjea su tercera salida a hombros de su carrera en la Monumental madrileña.

Julián López ha vivido 25 años ininterrumpidos en la cúspide sin necesitar el trampolín de Madrid, de donde sólo había salido a hombros en dos ocasiones. Una fue en su debut de novillero de 1998, con solo 15 años, y después de haber conquistado las Américas como aquel niño prodigio que deslumbró al mundo por su desparpajo, su variedad, sus conocimientos a pesar de su corta edad y sus extraordinarias aptitudes.

Hubo que esperar nueve años para que cruzara nuevamente el umbral de la Puerta Grande de Las Ventas: el 23 de mayo de 2007, una tarde en la que esculpió aquella antológica obra al célebre Cantapájaros, de Victoriano del Río.

Ambiente especial en la despedida de El Juli
En los prolegómenos de la corrida, ya se respiraba un ambiente especial en los aledaños de la plaza. Ya dentro, El Juli fue recibido con una atronadora ovación por parte de las casi 24.000 almas que hicieron que se colgara el cartel de "no hay billetes".

Con un ramillete de jaleadas y mecidas verónicas recibió El Juli a su primero, al que galleó para llevar al caballo antes de firmar un vistoso quite por chicuelinas y tijerillas ante un toro con “carbón” en los primeros tercios, pero que, en cuanto bajó de revoluciones, mostró también buen son en el último.Solo había que ayudarlo para que fuera hacia adelante, ahormarlo que se dice, y el madrileño, más tenso de lo normal quizá por el significado de la tarde, quiso demostrar demasiado pronto su autoridad. Le pidieron la oreja, casi mayoritariamente, pero el palco, históricamente también muy exigente con él, lo fue nuevamente en esta ocasión.

Otra ovación con la gente en pie correspondió el brindis que el Juli tributó al respetable de su último toro en Madrid, un animal que, con sus matices, también tuvo buen fondo, y con el que el madrileño, esta vez sí, anduvo mucho más rotundo, toreando largo y por abajo en varias series de derechazos bien compactados.

Un cambio de mano por delante dio paso a un muletazo inmenso que puso la plaza ya patas arriba, como aquel cambio, este por detrás, que firmó Julián al célebre Cantapájaros.

A partir de ahí todo fue fervor y más fervor tanto para lo bueno como para lo no tanto. Pero daba igual. Aquello había cogido una dinámica imparable, de ahí que, tras la estocada, le premiaran con las dos orejas, la segunda un tanto generosa, todo sea dicho, pero fue un gran corolario a una tarde histórica, a una carrera irreprochable y a un palmarés solo al alcance de los elegidos.

FICHA DEL FESTEJO

Toros de El Puerto de San Lorenzo, segundo y tercero con el hierro de la Ventana del Puerto, bien presentados y, salvo el manso y huido cuarto, en general de buen juego, especialmente el tercero, de una clase extraordinaria, y también el sexto.

Uceda Leal, de buganvilla y plata: estocada trasera y caída (ovación); estocada habilidosa y descabello (silencio).

El Juli, de berenjena y oro: estocada trasera (ovación tras fuerte petición); estocada (dos orejas).Tomás Rufo, de nazareno y oro: estocada desprendida y cinco descabellos (silencio tras aviso); estocada (oreja).

En cuadrillas, Sergio Blasco y Fernando Sánchez saludaron tras banderillear al tercero.Incidencias: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, presenció la corrida desde el callejón.

La plaza registró lleno de “no hay billetes” en los tendidos.

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