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María Fernández-Miranda, periodista y escritora, aborda la enigmática figura del maestro de la alta costura: Cristóbal Balenciaga

Una investigación personalísima y magnética que recrea parte de una vida y toda una geografía sentimental a partir de los testimonios de quienes mejor le conocieron

REDACCION | Jueves 26 de octubre de 2023

Cuentan que Cristóbal Balenciaga no se dejaba ver nunca en sus desfiles. Jamás salió a saludar ni caminó por la pasarela agarrado de la mano de su modelo favorita. Si hacemos caso a la leyenda, el diseñador vasco seguía con detalle los pases a través de un discreto agujero practicado en las cortinas de terciopelo que decoraban su maison.

Apenas existen retratos suyos, e incluso llegó a calar el rumor de que el hombre invisible de la alta costura no era más que una invención, una estrategia comercial elaborada con astucia. De lo que no cabe duda es de que «el mejor diseñador de todos los tiempos», según reconocieron Christian Dior o Coco Chanel, antepuso siempre el prestigio a la fama y fue artífice de una obra inmortal, casi tan grande como el misterio que aún hoy envuelve su vida.

Quería que se hablara de su moda, no de él. Solo concedió dos entrevistas en su vida, cuando ya estaba retirado: a la revista francesa Paris Match, en 1968, y al periódico inglés The Times, en 1971. En lo público era un personaje ausente, lo que le valió entre otros apodos el de «monje de la alta costura», en lo privado tenía un círculo de confianza reducido que tampoco daba pie a conocerlo de manera global. «Su clienta Sonsoles de Icaza, marquesa de Llanzol, y el diseñador Hubert de Givenchy fueron dos de sus grandes amigos, de los pocos a quienes, al parecer, hacía confidencias. También tuvo, que se sepa, dos compañeros sentimentales: el franco-polaco Wladzio Jaworowski D’Attainville y, tras la muerte de este, el navarro Ramón Esparza. Y aquí viene otra de las grandes nebulosas que rodean a Balenciaga, porque en lo que respecta a su vida íntima se mostraba extremadamente discreto», cuenta María Fernández-Miranda.

«Mi objetivo ha consistido en recrear ocho escenas de la vida del maestro —ocho momentos que marcaron un punto de inflexión, ya fuera a nivel artístico o humano— para entender de un vistazo su evolución profesional y tratar de aprehender su dimensión personal. Para ello me he basado en hechos reales, pero también me he dejado llevar por la imaginación, aprovechando la magia de la escritura para rellenar los huecos de los archivos. Realidad y ficción se mezclan. Además, he tratado de enriquecer el texto con un análisis periodístico de aspectos tales como los orígenes, la técnica o el legado de este hombre inigualable cuyas enseñanzas siguen vigentes hoy en día», explica la autora, quien al final del libro nos regala una deliciosa bibliografía comentada.

Solitario, auténtico, emprendedor, religioso, temperamental, educado, íntegro, susceptible, callado, perfeccionista, riguroso, exigente, maniático, detallista, tenaz, generoso, honrado, metódico, ambicioso, tímido, humilde, elegante... Balenciaga era todo eso, sí. Pero, por encima de todo, era un enigma.

María Fernández-Miranda, periodista y escritora, ha trazado su propia investigación a partir de los testimonios de los más cercanos al diseñador y ha recreado una vida en ocho escenas que recorren los lugares principales de su geografía sentimental y creativa.

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