La Virgen de La Granja ya descansa en la Iglesia de San Pedro tras su tradicional procesión

A las siete y media de la tarde sonaban las campanas y los acordes de la Banda de Tambores y Cornetas de la Soledad y era el momento en el que la Virgen de la Granja, patrona de Yunquera de Henares, salía de la ermita camino al pueblo.

Decenas de personas esperaban a la Patrona alrededor de su santuario, y una vez que comenzaba la procesión acompañaban a la Virgen y a la comitiva de camino a Yunquera de Henares. La primera parte del paraje de la ermita se hace a hombro entre autoridades y fieles bajando la escalinata de la zona y es cuando se atraviesa el arco el momento en el que se coloca la imagen en la carroza.

El recorrido, plagado de grandes hogueras que encendían y controlaban los jóvenes de la localidad, continuaba al paso que marcaba la Banda de Tambores y Cornetas de La Soledad, realizando las paradas que exigía la liturgia.

Tras el paso bajo el puente del tren y la calle La Caseta, se llegó a la plaza de La Amistad. Allí esperaban los mayores y enfermos, quien pudieron contemplarla del cerca cuando la imagen giró hacia ellos. En este punto se da otro de los momentos emotivos, cuando la Virgen pasa bajo palio, alzado por el alcalde y los concejales, como símbolo de bienvenida al pueblo. De fondo sonaban el Himno Nacional y el volteo de las campanas.

Al final de la calle Real y al inicio de la calle Mayor, se vivía otro de los momentos más especiales de este año. Ya que se cumplen 425 años del voto que el pueblo de Yunquera hizo a la Virgen de la Granja para acabar con la epidemia de peste que sufrían. Para conmemorar esta efeméride, al tradicional arco floral, los vecinos del pueblo de Yunquera y hermanos de la Hermandad Virgen de la Granja, confeccionaban un camino de plantas aromáticas que unía el arco con una alfombra realizada con mucho esmero para dar la bienvenida a su Patrona. La imagen fue transportada en este momento crucial por representantes del Ayuntamiento y de la Hermandad para rendir homenaje al voto en representación de todo el pueblo de Yunquera.

Tras ello, la marcha continuó hasta llegar al templo principal de Yunquera de Henares. Allí, tras la tradicional subasta y la entrada de la Virgen a la iglesia, se cantó la Salve y el Himno de forma sentida.