OPINIÓN

Carta del obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara : Pueblo de Dios

Miércoles 18 de septiembre de 2024
Queridos hermanos en el Señor: Os deseo gracia y paz.

El sábado, día 28, celebraremos (D.m.) la Jornada diocesana de comienzo de curso, conocida entre nosotros como “Pueblo de Dios”, con el lema Esperanzados. El encuentro tiene diversas dimensiones y, a modo de síntesis, destaco tres. Viviremos una experiencia de sintonía, un esfuerzo de sincronía y una expresión de empatía.

1) Una experiencia de sintonía. Los programas de radio o de televisión suelen tener una melodía con la que se marca el comienzo. La sintonía sirve para identificar el programa. Estamos dando los primeros pasos del nuevo curso pastoral y necesitamos un cuadro común de programación, unos objetivos y unas acciones que orienten y estimulen.

Delante de nosotros tenemos un amplio horizonte que está marcado por eventos y procesos muy relevantes: la puesta en marcha de las propuestas aprobadas en el Sínodo Diocesano; la Segunda Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se celebrará entre el 2 y el 27 de octubre; el Jubileo 2025, que será un tiempo eclesial propicio, para que se haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes; el compromiso por el cuidado de la casa común que nos propone el Papa Francisco; la primacía de la evangelización y de la catequesis para garantizar la continuidad de los procesos de fe; la insistencia en el primer anuncio; la atención y el cuidado de todos los agentes de pastoral, ofreciéndoles procesos formativos; el esmero por las celebraciones litúrgicas y la vivencia de la oración; la necesidad del acompañamiento; el ejercicio responsable de acogida y de interés fraterno por los alejados; la urgencia de seguir atendiendo a las personas más necesitadas, etc.

2) Un esfuerzo de sincronía, es decir, de poner los relojes en hora, de asumir en las agendas los acontecimientos más destacados, para conocer todo lo que se hace, cómo y dónde se realiza y quiénes son los responsables de llevarlo a cabo. Una vez sincronizados, con la ayuda del Señor, iremos realizando a lo largo del tiempo el proyecto que Él ha diseñado para nosotros, que es una historia de salvación.

3) Una expresión de empatía, es decir, “capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos”, porque deseamos compartir las alegrías y los sufrimientos, los gozos y las esperanzas de toda la Diócesis, experimentar como propias las más profundas vivencias de los demás; en definitiva, compartir la vida y la misión.

Os animo a participar activamente, a colaborar, a ofrecer lo mejor de cada cual, a valorar la Jornada, a señalar su prioridad sobre otras actividades registradas en vuestros calendarios. Os esperamos y agradecemos vuestro esfuerzo. Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

Julián Ruiz Martorell, Obispo de Sigüenza-Guadalajara

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