Las cifras hablan por sí solas. Los casinos online no son solo una moda, se trata de un sector en continuo crecimiento que no deja de sumar adeptos. Un público variopinto de todas las edades y sexos, y desde cualquier parte del mundo. De hecho, los mejores casinos en Colombia han alcanzado un éxito antes nunca en esta parte de América.
Sin embargo, hay que tener en cuenta una cosa. Y es que, pese a la aparente homogeneización que pueden presentar éstos -al final y al cabo, son casinos en línea y muchos ofrecen juegos similares-, el paso del tiempo ha puesto sobre la mesa un aspecto relevante: cada vez es más importante la cultura y las tradiciones en los gustos del consumidor.
¿Y qué quiere decir esto? Que en cada parte del mundo, cada público tiene sus propias preferencias si hablamos de prácticas, gustos… a la hora de elegir una apuesta o un juego en concreto. Al fin y al cabo, la procedencia física está alineada con la percepción que tienen en dicho territorio de los casinos y los juegos de azar.
También cuentan unos factores culturales concretos a la hora de diseñar las diferentes estrategias de juego para adaptarse a los mercados concretos. Por ejemplo, la religión, las tradiciones y la herencia cultural son factores que predisponen a los jugadores online a jugar y a relacionarse de un modo u otro con el casino online.
Visto de otra manera: no juega igual un jugador de EEUU que uno de la India, porque su simple contexto le incide a elegir una u otra forma de jugar. Aspectos casi más psicológicos y de contexto social y cultural, que económico.
Y claro, por ello las diferentes plataformas tienen en cuenta estas diferencias para adaptar estos casinos online a un público en particular, a su público, al que según el número de usuarios y su procedencia según sus propias estadísticas utilicen más dicho casino. Y todo ello, claro está desde la legalidad de las que hacen gala los casinos online. Mostrando siempre un absoluto respeto por el jugador independientemente de su procedencia. Al final quien dictamina la suerte es la estrategia del propio jugador y, cómo no, el azar.
El paso del tiempo ha reseñado una particularidad especial con respecto a los juegos de azar: y es que cada país tiene una relación singular con éstos. Un ejemplo lo tenemos en Japón donde uno de los juegos más famosos y populares es el pachinko, por ejemplo. Un juego asociado a la cultura del país y al que juegan millones de jugadores cada año.
Otro lo tenemos en América Latina o España donde destacan dos juegos que en el resto del mundo no es que pasen desapercibidos, pero no tienen tanta importancia ni provocan el mismo atractivo para los jugadores. Una es la lotería, un juego fácil y sin más misterios que acertar una correlación de números y otro, el popular bingo. ¿Y por qué? por la tradición de jugar a ellos en eventos familiares o rodeados de amigos.
En países como EEUU en cambio arrasa el blackjack o el póker. Unos juegos unidos a una tradición casi centenaria de disfrutarlos con amigos o compañeros de trabajo y que ha seguido teniendo igual éxito que en su versión online.
De hecho, las plataformas de los casinos online y que operan en estos países de forma 100% legal han llegado a adaptarse para ofrecer versiones locales de estos juegos. Incluido una estética y un grafismo con el que el jugador local se sienta más cómodo e identificado.
Al final se trata de que el público objetivo (el jugador) se vea también alineado con sus costumbres, imágenes y valores culturales.
La forma en que los juegos de azar son percibidos social y religiosamente también juega un rol importante en las preferencias de los jugadores. En algunas culturas, el juego es visto como una actividad aceptada y común, mientras que en otras se considera un tema algo tabú.
Por ejemplo, si viajamos al norte de Europa los ciudadanos de los países nórdicos tienen una percepción general positiva de los juegos online por su cultural. Esto ha llevado a que existan muchos plataformas y variedad de juegos. Se trata de casinos online totalmente regulados y confiables.
Cambiamos de continente y nos encontramos en Asia donde las diferentes culturas que en este continente habitan tienen mucho que decir. Condicionadas por la religión y las tradiciones y donde aún hay una gran parte de la población algo escéptica. Eso sí con matices. Porque mientras el mencionado Pachinko es aceptado, otros juegos que no son tan históricamente tan asociados a su cultura provocan más desconfianza. Lo que para otras culturas puede resultar un sinsentido.
Pero ahí no acaba la cosa, también en los diferentes sistemas de pago incide la cultura y el lugar del que hablemos. Hay países más recelosos de la privacidad por sus miedos y tabúes propios y prefieren unos métodos concretos de pago en los casinos online. Otros utilizan métodos más universales o todos los existentes en el mercado.
En definitiva, que aunque el disfrute del juego y de los casinos online es universal, adaptar éstos al jugar local y a su contexto y sus tradiciones ayuda a una mejor experiencia del usuario.