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Tatiana Santo Domingo: de un imperio americano a un reino europeo

Miércoles 22 de octubre de 2014
Su nombre, antaño casi desconocido, ha saltado a los titulares de la crónica social sobre todo en los últimos meses. Tatiana Santo Domingo es la rica heredera que llevará al altar a Andrea Casiraghi Grimaldi (hijo mayor de Carolina de Mónaco) el próximo 2013, convirtiéndose así en uno de los puntos de mira de la realeza europea. SIGUE



La estadounidense, que nació en 1983, es nieta del magnate colombiano Julio Mario Santo Domingo, que poseía una fortuna valorada en unos 8.000 millones de dólares. El colombiano, fallecido en 2011, era el segundo hombre más rico de Colombia y uno de los más ricos del mundo gracias a sus acciones en el Grupo Empresarial Bavaria, que prácticamente era suyo, y Valórem, compañía responsable de diarios como El Espectador.

La astucia jugó un papel importante en la construcción del imperio. Fue fundamental que Julio Mario Santo Domingo fuese adquiriendo pequeñas empresas para configurar uno de los holdings más poderosos del mundo; un conglomerado que pasará a manos de su nieta, ya que el padre de la chica, Julio Mario Santo Domingo Braga, falleció en 2009 de un cáncer de pulmón, convirtiéndola a ella en heredera a pesar de que el imperio está regentado por su tío, Alejandro Santo Domingo. Ella y su hermano Julio Mario III son los únicos nietos del magnate colombiano.

A pesar de tener el futuro asegurado, sus progenitores (también es hija de una de las mujeres más importantes de la sociedad de Sao Paulo, Vera Rechulski) no descuidaron su educación. La niña pasó por los mejores colegios de Suiza y París, y fue precisamente en esta última ciudad donde conoció a Pierre y Carlota Casiraghi, punto de unión con Andrea, del que se enamoró hace ya siete años.

La rica con estilo propio que vende ropa por Internet
Su fortuna tampoco le impide dedicarse a lo que le gusta: vender ropa a través de internet. Su firma ‘Muzungu Sisters’ (‘Hermanas Viajeras’) vende ropa online confeccionada por manos indígenas.

La marca, que ha evolucionado hasta convertirse en un negocio de lo más rentable, es fruto de una sociedad de Tatiana con su amiga Dana Alikhani, otra infatigable viajera como ella. Fruto de esos viajes, de los panchos peruanos o los caftanes y pañuelos que les pedían sus amigos, surgió la rentable idea: desde 2010, las dos han ido recopilando prendas exóticas de todo tipo que ahora son productos exclusivos de su firma. Productos confeccionados con manos pobres que acaban en manos ricas.

Lo que más llama la atención de Tatiana es su mezcla de estilos de vestuario, y que estos acaben confluyendo en un ‘hippy chic’. Sin embargo, sus atrevidos estilismos también tienen detractores, sobre todo a raíz del vestido corto en fucsia, tallado en grasa y ajustado a la cintura, que llevó a la boda de Alberto de Mónaco y Charlene.

A pesar de estilismos discutibles, esta rica heredera de un imperio americano puede traer nuevos aires a Mónaco, el pequeño reino que aún vive bajo el hechizo y el recuerdo de la difunta Grace Kelly, otra americana que revolucionó una vieja monarquía europea.

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