Tribuna Abierta
REDACCION | Miércoles 22 de octubre de 2014
En esta nueva legislatura tres fueron las comisiones que se me asignaron en el Senado: Educación, Igualdad y Mixta Congreso-Senado para el estudio del problema de las drogas. Mis peticiones por preferencia cuando se nos preguntó al respecto me fueron respetadas. ¿Por qué mi interés hacia estas comisiones? La primera, lógicamente, por mi experiencia y ámbito profesional. La segunda porque siempre he tenido discrepancias en algunas concepciones que sobre el concepto igualdad algunos y algunas tienen, y me genera gran interés y ganas de trabajar en este aspecto. Y la tercera, porque es un tema que me preocupa mucho y que creo no siempre le damos la atención que se merece. SIGUE
Desde que se constituyó la comisión mixta hemos trabajado diferentes aspectos como recoger las propuestas sobre las políticas en materia de drogas y adicciones que va llevar a cabo el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, recopilar los datos del fiscal general sobre las actuaciones llevadas a cabo en materia de drogas o recibir las conclusiones de la PODA sobre la situación actual y los trabajos realizados.
Actualmente la tendencia más aceptada es considerar a los consumidores drogas como enfermos, con componentes claramente físicos. Se trata de una consideración que a mi parecer, no contradice la necesidad de un tratamiento médico, pero también educativo y social, incluso no debe excluir la posibilidad de la curación.
Hace unos días, Proyecto Hombre firmaba dos convenios importantes, uno con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, otro con la Diputación de Guadalajara, para poder seguir trabando en la recuperación de personas consumidoras. Justo una semana antes, Modesto y parte de su equipo de Proyecto Hombre me dieron la oportunidad de conocer directamente cómo se vive y cómo se trabaja en este proyecto. Sí, una oportunidad de entrar “por un rato” en sus vidas; de abrirme las puertas y mostrarme la gran labor que están haciendo. ¿Quién no conoce Proyecto Hombre? Pero, compartir un rato con ellos, ayuda a tener una visión muy diferente. Unas cuarenta personas forman parte del programa, con nombre y apellidos, con experiencias y con vivencias propias, algunas muy duras y otras muy gratificantes. Por un lado, la organización, el orden, la responsabilidad de cada uno de ellos en las tareas que se les encomienda, y por otro lado, el trabajo de reconstrucción personal. Todo ello para generalizarlo después en sus vidas, que van e irán retomando fuera de las instalaciones de la finca. Por ejemplo, hablar, sin tapujos, de las preocupaciones, de los miedos, de lo que los compañeros han hecho bien o mal, de los compromisos, de las alegrías, de las dificultades, del daño realizado a los seres más queridos… justo antes de iniciar la comida o en las terapias. Estrategias básicas que todos podríamos aplicar en nuestras vidas personales y que seguramente nos ayudaría mucho. Algunos consiguen resolverlo, otros vuelven a caer en el camino. Pero el proyecto funciona. Una nueva oportunidad.
Hablamos de la importancia del entorno, de la familia, de los amigos. Siempre he creído que, en la mayoría de los casos de personas con adicción, estos habían jugado un papel clave para tomar el camino equivocado. Familias desestructuradas, entornos consumidores, … pero ahora se amplia. Muchos de ellos son chicos y chicas que siempre han tenido de todo; que nunca se les ha dicho que no; que no han aprendido a valorarse a sí mismo o a los demás por lo que son y no por lo que tienen; hijos e hijas que han estado solos, muy solos; algunos porque no han aprendido a hacer frente a las frustraciones; y ahora muchos de ellos, de los que se incorporan al mundo del consumo, porque no tienen miedo.
Sí, se nos ha ido el miedo al daño que nos puede hacer, a las consecuencias tan graves que conlleva. El tipo de consumo ha cambiado y las repercusiones tan claras de deterioro físico, psíquico y social, que antes se hacía evidente de forma rápida y contundente, ahora no es así de claro. Ha desaparecido de las encuestas de opinión como preocupación mayoritaria de los españoles, lo que significa que no se valora en toda su dimensión ni se mide suficientemente el riesgo que conlleva. El problema del consumo de drogas continúa siendo un problema muy importante, ya que afecta a muchas personas, a sus familias y al conjunto de la sociedad.
Así los fundamentos en materia de adicciones y drogas del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en los que se va a centrar el Plan Nacional sobre Drogas son: una clara apuesta por la prevención: programas globales dirigidos a atacar de raíz el problema en los ámbitos educativo, familiar y comunitario; mejorar el conocimiento básico y aplicado de la información; la disminución del riesgo, la reducción del daño y la asistencia e integración social; mejorar y ampliar la formación de los profesionales que trabajan en este campo; la coordinación y cooperación entre las diferentes instancias implicadas así como la coordinación internacional o definir nuevas alternativas de destino del fondo de bienes decomisados.
Así concluyo, con las palabras de Francisco Babín Vich, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre drogas: “Nos enfrentamos a grandes retos: cambios en los perfiles de los consumidores, un patrón de policonsumo cada vez más generalizado, precocidad en el inicio del uso de algunas sustancias, atención a la patología dual, envejecimiento de los consumidores problemáticos, cambios sociales, culturales y económicos, creciente importancia del tráfico de drogas en el crimen organizado, modificaciones en las redes asistenciales, necesidad de diversificar e individualizar los programas y actuaciones preventivas por poblaciones en riesgo, impulso a la investigación y su transferencia a la práctica clínica, y todos ellos son los suficientemente importantes como para que la sociedad se merezca un impulso de todos, decidido y coherente, que permita minimizar los efectos últimos de todo ello”.
Ana González García
Senadora PP Guadalajara
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