De hacerse el sueco al Redondeo sueco
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:14h
No está muy claro de cuál es el origen de la expresión hacerse el sueco. Unos dicen que la palabra sueco, viene del latín, soccus, que significa zueco-calzado de madera-, que ha evolucionado a zocato-zurdo- y más tarde a zoquete- tarugo de madera-, y que esta palabra se usa para decir que una persona es torpe y obtusa. Por tanto, hacerse el sueco equivale a actuar con torpeza. Otros dicen, sin embargo, que la expresión hacerse el sueco procede de los marineros suecos que atracaban en los puertos españoles, y aprovechaban su desconocimiento del idioma español, para entender solamente lo que les interesaba. SIGUE
Sea como fuere, dentro de poco, seguramente, nos vamos a ir familiarizando con una nueva expresión : EL REDONDEO SUECO
Y es que, parece ser, y así lo opinan el 75% de los europeos, las monedas de uno y dos céntimos de euro “no se usan para nada”, y lo único que hacen, “es molestar en el bolsillo o en el monedero”.
Sabido esto, Bruselas ha propuesto a los países miembros de la Unión Europea, la desaparición de las monedas de uno y dos céntimos de euro, ya que, a parte de no ser muy querida por los usuarios, la fabricación de estas monedas es excesivamente cara, ya que al ser en un 95% de acero y en un 5% de cobre-que su precio se ha disparado hasta un 400%- cuesta más fabricarlas que su valor nominal. Vamos que si usted vendiera al peso en una chatarrería una moneda de un céntimo de euro, seguramente le darían dos céntimos, prácticamente el doble.
No en vano, desde el año 2002, los países miembros de la Unión Europea se han gastado más de mil doscientos millones de euros en fabricar los 48.500 millones de moneditas de uno y dos céntimos de euros que pululan por los bolsillos y monederos europeos.
Y aquí es donde aparece la expresión REDONDEO SUECO, utilizado actualmente en Finlandia y en los Países Bajos.
Y consiste en lo siguiente : en los pagos en efectivo, los precios se redondean a los cinco céntimos más cercanos, de modo que, si por ejemplo, un artículo cuesta 8,32 € se redondea a 8,30 €, y si costase 4,13 € se redondea a 4,15 €. Este procedimiento se realiza solo en caja, lo cual quiere decir que los precios de los artículos, por ejemplo en un supermercado, no están redondeados. El «redondeo sueco» se aplica sobre el montante total de la compra, no sobre cada artículo individualmente, y sólo si se paga en efectivo. Si se paga con tarjeta o con transferencia bancaria, los céntimos se siguen manteniendo.
Este redondeo no sería tan marcado como lo fue en el caso del paso de las pesetas al euro, donde casi sin querer (o queriendo en muchos casos... muchos se hicieron el sueco) se pasó a asimilar la moneda de 100 pesetas a la de 1 euro, y vimos como, de repente, una caña o un café subió de 100 pesetas a ¡166 pesetazas!
De todas formas , ya se sabe, un céntimo de aquí, 2 de allá,... y eso todos los días,... hará que perdamos mucho dinero a final de año
La cuestión todavía está en el aire. Bruselas está esperando la opinión de los países miembros.
Quizás las monedas de 1 y 2 céntimos de euros, en un plazo no muy lejano, sean objeto de coleccionista, y hagan compañía a nuestra querida rubia, la peseta.