El aeropuerto de Ciudad Real se hunde tras dilapidar 1.000 millones de euros

Ni vuelos, ni pasajeros, ni empleo.Los planes no salieron. El proyecto se aprobó en 2002, las obras comenzaron en abril de 2004, se demoraron durante más de cuatro años y costaron 1.100 millones de euros, 400 de los cuales fueron aportados por Caja Castilla-La Mancha, presidida entonces por el socialista Moltó.El resto de accionistas eran empresarios cercanos al poder que invirtieron en el proyecto con dinero prestado por la propia caja. En algunos casos ese dinero volvía a ellos mismos vía contratas de construcción del propio aeropuerto. Un negocio, literalmente, redondo. El resultado final fue una maraña de intereses entrecruzados. El aeropuerto ha sido un negocio, sí, pero no para la ciudad. Los únicos beneficiados fueron, por este orden, los constructores y los políticos.Los primeros dieron un pelotazo antológico en mitad de la nada. Los segundos, aparte de repartir favores a mansalva, llevan años haciendo demagogia con la supuesta riqueza y empleo que el aeropuerto crearía para la zona y tratando de convertir ese proyecto en votos.