Columna de Economía de Arturo García
China y Estados Unidos
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:14h
El auge de China se puede ver desde diferentes puntos de vista. En algunos foros ven a este país como la próxima potencia económica del mundo, con base en las proyecciones del PIB previstas. Esta medida es engañosa, pero no por ello deja de ser un titular atractivo.
Existen grandes dudas sobre los números chinos, por las dificultades estadísticas que conlleva hacer cualquier recuento en ese país, y porque sus grandes cifras son consecuencia de su numerosa población, pero no por su poderío y solidez económica.
Una vez que Estados Unidos (el representante del capitalismo) ha dado buen cuenta de Rusia (el representante del comunismo), tanto a nivel militar como económico, una nueva contienda se divisa en el horizonte: EEUU vs China.
Sin embargo, esta contienda no tiene por qué resolverse utilizando la fuerza bruta.
Pongamos sobre la mesa el déficit persistente de Estados Unidos. Desde el abandono del sistema monetario establecido en Bretton Woods, a comienzos de los setenta, Estados Unidos ha pasado de ser un prestamista a ser un prestatario neto frente al resto del mundo. Al mantener de forma continuada déficits por cuenta corriente, éstos deben ser financiados por entradas netas de capital desde el extranjero.
Además, desde 2007 ha cambiado la composición del origen del capital extranjero que financia a los Estados Unidos, reduciéndose los inversores privados y tomando especial protagonismo los inversores oficiales, de los que China ocupa una posición destacada. Este país es uno de los grandes compradores de deuda pública y divisas del mundo. Recordemos que en la reciente visita a España, China se ha comprometido a comprar nuestra deuda pública, para gran alegría nuestra.
Bastaría con que China decidiese no seguir financiando a los Estados Unidos para que este país tuviese que afrontar sus desequilibrios. De esta manera, no haría falta ser una gran potencia económica o militar para poner a Estados Unidos contra las cuerdas.
Hasta la fecha no se han materializado los riesgos característicos de un ajuste desordenado de los desequilibrios de EEUU, pero hacen bien en pensar que lo insostenible debe terminarse en algún momento y están poniendo en marcha medidas correctoras (en nuestra España podríamos pensar lo mismo y actuar en consecuencia en el déficit del Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos).
La respuesta de EEUU se articula a través de varías vías. Una de las fuentes del déficit persistente de los Estados Unidos es el desequilibrio del saldo comercial internacional (importaciones vs exportaciones). Por eso es tan importante la llamada “guerra de divisas” que se está llevando a cabo entre Estados Unidos y China como jugadores destacados. Persigue la depreciación del dólar, aumentar las exportaciones y así disminuir el déficit y las necesidades de financiación internacional de los Estados Unidos. De esta manera, EEUU será menos vulnerable.◆