El PP busca candidatos 'ganadores' para no perder Madrid y Valencia en 2015

La Alcaldesa de Madrid, Ana Botella, estaría quemada, no sólo por los Juegos; Ignacio González precisaría de un companero/a de viaje fuerte que encabezase la lista por la capital para mantenerse como cadidato al Gobierno de Madrid; Alberto Fabra no deja de ser un heredeo de Francisco Camps que no despierta garantías para catalizar votos; y parece que el momento de Rita Barberá ha concluido como primera edil de la capital del Turia.

Los sondeos que analiza el PP de cara a las próximas elecciones autonómicas y municipales de 2015 -que ha conocido este periódico a través de un alto cargo del Gobierno de Rajoy- ofrecen un panorama convulso para los ‘populares’. De hecho, no serían capaces de mantener las mayorías absolutas en Madrid y Valencia, pudiendo perder sus opciones de gobierno en esas plazas, quedando en manos de pactos.

Dos bastiones que se tambalean

El desgaste político de los ‘populares’ empieza a ser notorio en ambos bastiones. Fuentes del partido comienzan a barajar nombres de candidatos que tomen el relevo en ambas comunidades autónomas para mantener así el poder en regiones que serían imprescindibles para la propia continuidad de Mariano Rajoy al frente del partido.

La hipótesis de perder Madrid y Valencia (tanto en sus capitales como en sus gobiernos regionales) sería más que probablemente el preaviso de un batacazo electoral en las próximas generales. Fuentes del Partido Popular aseguran que en esta “batalla” sólo juega a favor de los 'populares' “el bajo perfil de las alternativas que presenta el PSOE, con Alfredo Pérez Rubalcaba a la cabeza”.

Los sondeos de Génova, como ya informó El Confidencial, apuntan a Esperanza Aguirre como el recambio más potente al Ayuntamiento de Madrid, al que la Alcaldesa Ana Botella no ha conseguido sacar ningún rédito. Aguirre asistió el jueves a un desayuno en el que Botella dio un paso atrás y anunció que no habrá Madrid 2024. La lideresa aprovechó el acto para afirmar que no se ha marchado de la vida política, precisando que simplemente no está en la primera línea. De la retaguardia a la trinchera puede haber un paso.

En esa cartera de candidatables estarían también Cristina Cifuentes, la actual Delegada del Gobierno en Madrid, y el turolense Manuel Pizarro. Y una baza relativamente sorpresa, Soraya Sáenz de Santamaría, de la que se piensa podría salvar los trastos con solvencia en la capital de España o al frente de la lista de la Comunidad Autónoma. El nombre de la vallisoletana ya había salido a la palestra pero el miedo escénico en el partido ha hecho que su papeleta vuelva a entrar en el bombo.

Si cae Madrid, cae el Gobierno regional

“Es improbable que Rajoy deje escapar a Soraya del Gobierno, como también es difícil que entregue el poder absoluto en Madrid a Esperanza Aguirre, que ha dado pruebas más que suficientes de ser más rival que apoyo”, afirma un importante miembro del PP.

“En Madrid tiene que haber un candidato ganador. Con un perfil fuerte en Madrid, al Gobierno regional puede repetir sin problemas Ignacio González. Pero si se pierde Madrid, se perdería también la Comunidad, pues el perfil del votante es más conservador en la capital que en la región”, aseguran las mismas fuentes.

En Valencia las cosas no se presentan más fáciles. Alberto Fabra, el heredero del trono de Francisco Camps también es mirado de soslayo en Génova. Algunos hablan incluso de que el ministro José Manuel García-Margallo podría ser un candidato, al menos, tan bueno como Fabra, con la diferencia de que se cambiaría el cartel electoral “dando un aire diferente”.

En Valencia ciudad, el PP tampoco tendría asegurado en estos momentos revalidar una mayoría, existiendo el riesgo de quedar a merced de grupos políticos menos respaldados en las urnas pero que serían los que tendrían las claves y las llaves para poner y quitar gobiernos.

En Génova, el escenario que presentan las encuestas para Madrid y Valencia estaría alterando al mismísimo Mariano Rajoy, ya que si los populares dejan escapar estas plazas, el futuro del presidente del Gobierno tampoco estaría completamente despejado