FERIA DE INVIERNO DE VISTALEGRE
Morante de la Puebla borda el toreo en la tarde de invierno de Vistalegre
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Arriba Talavante que toreó el sábado y a la derecha Morante que toreó el domingo. / Foto: Campo Bravo |
El torero sevillano destaca en un ciclo en el que también triunfaron Talavante, El Juli, El Cid y Manzanares
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:14h
El impacto de Morante de la Puebla en Vistalegre ha sido lo más destacado de la primera feria del año. También Alejandro Talavante el sábado gustó mucho en el coso carabanchelero. Un ciclo plagado de figuras en el que el público respondió más que el año pasado a pesar de no llenar el aforo.
Faltó gente al reclamo de las figuras en el madrileño Palacio de Vistalegre el sábado. Pero las siete mil almas que pagaron caras sus entradas no salieron defraudadas.
Lo mejor fue comprobar que lo de Talavante en La México no ha sido un espejismo. Su faena al tercero de la tarde, terciado como todos sus hermanos, fue un prodigio de inspirada creatividad, torería y sitio. Y además mató. En el otro le faltó personalidad para abreviar y ahorrarnos un insulso trasteo.
La fuerza mayúscula de El Juli está fuera de toda duda. Fuerza en el ruedo, donde mandó con capote y muleta, más inspirado en su primero, y se impuso sobradamente, aunque con menos acople, con el cuarto de la tarde.
A Manzanares la inactividad se le nota. Estuvo muy tenso, acelerado y fuera de sitio. Así es imposible que los toros, y mira que querían, repitan. Como estuvo hecho un cañón con la espada, salió en hombros con sus compañeros de terna.
En el epílogo dominical Morante de la Puebla bordó el toreo con el quinto. Antes ya había gustado en el saludo a su primero. Se encajó el de la Puebla del Río a derechas y a izquierdas toreando muy profundo a ese gran quinto de Núñez del Cuvillo. Todo rematado con una gran estocada tras pinchazo que le permitió desorejar al burel.
También dos orejas de menor peso paseó El Cid del sexto tras una faena aseada con buenos momento del diestro de Salteras. El extremeño Juan Mora dejó detalles de toreo clásico. Regaló el sobrero al que le cortó su única oreja. Lo que es seguro es que la gente salió hablando de Morante.
Texto: C. Arévalo/J.L. Arcángel