Autopremier presenta el nuevo Mini a los guadalajareños

Sólo hay que echar un vistazo a su carrocería para darse cuenta que se ha convertido en más coche, menos juguete. Sus líneas, muy del siglo XXI, siguen las del Mini original, pero dan la sensación de mayor robustez. No en vano, ha ganado tanto en anchura en el exterior como en especio en el interior.

Y hablando del interior, es ahí donde realmente se nota el cambio. De nuevo sin abandonar su esencia, con el diseño como bandera, las nuevas tecnologías de la automoción se integran en un habitáculo con la única intención de que el conductor se preocupe solo de una cosa: conducir. La consola central combina el GPS con los sensores de aparcamiento, el climatizador, la radio, diferentes ayudas a la conducción… Y sin embargo, es pura armonía del diseño.

Pero lo mejor de todo es cuando arranca su motor (sin necesidad de meter la llave, sólo accionando una pequeña palanca). La experiencia Go Kart hace sentir al conductor como sin las ruedas del Mini giraran por unos raíles puestos con anterioridad, siendo más patente esta sensación con el modelo Cooper S. Está pegado al suelo, la potencia de su motor en ningún momento se traduce en inseguridad en la conducción, sabiendo que el coche responderá a la perfección en cualquier situación. Probarlo te deja con ganas de más.

Igualmente, para tener más similitudes con los mejores BMW, también cuenta con tres posibilidades de conducción: Green, para una circulación más eficiente; Confort, para una conducción media; y Sport, para divertirse conduciendo.

El nuevo Mini es un lujo, pero eso no quiere decir que sea exclusivo de los bolsillos más nutridos. Su precio, desde 17.000 euros, para que todo el mundo que quiera un Mini, pueda tenerlo.