Personajes ilustres de nuestra historia, de la de Guadalajara
Molina de Aragón sigue recordando al Capitán Arenas
Durante la década de los años 20, España estaba sumida en una terrible crisis de identidad y de valores
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:14h
De los muchos héroes que tenemos en estas nobles tierras castellanas de Guadalajara, quizás uno de los más desconocidos pero a la par más heroico, es Félix Arenas Gaspar o Capitán Arenas, como es conocido popularmente, aunque solo sea por la transitada calle de la capital guadalajareña. SIGUE
Félix Arenas nació por accidente en la Provincia española de Puerto Rico en 1896, y digo por accidente, porque que su padre, también defensor de las armas españolas, se encontraba cumpliendo servicio en la isla. Con apenas dos años, el pequeño Félix perdió a sus padres y quedó a cargo de su tío Anselmo Arenas, natural de Molina de Aragón, al igual que sus padres. Félix junto a su tío, pasaría toda su infancia en la ciudad señorial. A los 14 Años, su tío decide que el joven Félix, debe honrar las armas españolas, y por ello, ingresa en la Academia de Ingenieros de Guadalajara.
Pronto se hace notar por su espíritu brillante y audaz, consiguiendo a los 18 años el rango de Teniente, y a los 23, el de Capitán. En 1919, el Capitán Arenas es destinado a Melilla, en un ambiente totalmente bélico. Una vez en Melilla, Arenas se hace cargo de la 2ª Compañía de Zapadores de la Comandancia de Ingenieros de Melilla. Un año más tarde, el joven molinés se haría cargo de la Compañía de Telégrafos de Melilla.
Durante la década de los años 20, España estaba sumida en una terrible crisis de identidad y de valores. La pérdida de nuestro imperio de ultramar había significado un terrible golpe a la sociedad española que todavía 20 años después, no estaba superada.
La inestabilidad política reinaba libremente, como las pulgas en los pobres cuarteles españoles.
En este contexto y aprovechando la debilidad española, las fuerzas rifeñas al mando del traidor y cruel Abd el-Krim se levantan en el Norte de África, provocando en el ejército español grandes bajas, tanto humanas como materiales. Estos levantamientos terminarían con uno de los episodios más oscuros y tristes de nuestra historia: La retirada de Annual y el Asedio de Monte Arruit. Resulta curioso cómo en una de las mayores desgracias que ha sufrido nuestro país, surgiera como una brizna de aire fresco, la figura de nuestro molinés predilecto.
Tras la caída de todo el grueso del ejército español, el Capitán Arenas marchó al frente de la batalla. El 29 de Julio el General Navarro ordena la retirada de las tropas españolas al fuerte de Monte Arruit. El Capitán Arenas al enterarse de este hecho, se presta voluntario para defender la retaguardia.
Arenas demostró una habilidad y patriotismo pocas veces vista, consiguiendo contener al enemigo y haciendo posible que la columna entrara en el fuerte, para resguardarse del fuego enemigo.
Las fuerzas de Arenas fueron rodeadas. El Capitán Arenas, defendiéndose con su propio Máuser, no consigue entrar en el fuerte, resistiendo junto a la batería del capitán Blanco. Los levantiscos rifeños no dan crédito a lo que ven y no entienden cómo un solo oficial, mostrando una valentía digna del Cid, se está enfrentando contra más de mil hombres.
Los rifeños ante esta situación y sin un mínimo de clemencia ni respeto militar, atrapan al Capitán Arenas y colocándole un fusil en sus sienes, apretan el gatillo, asesinando a tan insigne español.
El capitán Arenas recibió por estos hechos la Cruz Laureada de San Fernando, a petición de muchos de los soldados que fueron testigos de sus hazañas.
El propio rey de España, Alfonso XIII visitó la ciudad de Molina de Aragón para inaugurar un busto en honor al Capitán Arenas, que todavía sigue presente en el Señorío de Molina.
José Luis Alguacil Rojo