“La tripulación de Sir Francis Drake”, premio al mejor disfraz de grupos en el concurso de Sigüenza

Más de doscientas personas de todas las edades llevaron el color, el buen humor y la alegría a las calles de la ciudad de Sigüenza en el carnaval. Las nubes, que cubrieron el cielo doncelino durante buena parte del día, no dejaron caer agua durante el desfile. Alrededor de las seis de la tarde, comenzaban a llegar a la Plaza Mayor los primeros atuendos. Flamencos y flamencas, un barco pirata, una patrulla aérea o muñecas recortables, todas sus siluetas aparecían dibujadas sobre la galería porticada del Ayuntamiento y el rosetón de la catedral, alternativamente.

Fueron los niños de Sigüenza quienes se encargaron de pregonar el desfile. “Venga Sigüenza, disfrázate, vamos a disfrutar, saca toda tu alegría hasta que ya no puedas más. Venga Sigüenza, disfrázate, tiempo de carnaval, con amistad y diversión, vámonos todos a bailar”, dijeron a seis voces los pregoneros, disfrazados de quijotes y molinos. Precedidos por la Policía Local, y por Protección Civil, el desfile se encaminó hacia el pabellón deportivo del colegio San Antonio de Portaceli, por las calles del Cardenal Mendoza, Plaza de Don Hilario Yabén, Villaviciosa y después por la Avenida de Madrid.

Ya sobre el parqué, desfilaron un total de doce grupos y seis disfraces individuales, estos últimos todos niños. La batucada Bloco Dum Dum se encargó de poner ritmos caribeños a los atuendos y sus bailes. Primero lo hicieron los disfraces individuales y parejas. Se pudo ver a “Pocoyo”, a “Robin, la flautista de Sigüenza”, una “Fantasía india” o una curiosa “Sandía”. A continuación lo hicieron los grupos, que derrocharon buen humor y esfuerzo en la caracterización, puesto que en su gran mayoría, los disfraces estaban hechos a mano por sus participantes.

Como es habitual en carnaval, hubo recordatorios a las efemérides seguntinas del año, con el barco pirata de Sir Francis Drake y su bandera arrebatada por el Doncel de Sigüenza y el IV Centenario de la segunda parte del Quijote presentes como grupos. Soldados de plomo, huevos de chocolate, Cruella De Vil y hasta el menú de una conocida hamburguesería pasaron por delante de los seguntinos al son de los tambores, haciendo la correspondiente parada ante el jurado, que componían miembros de las diferentes asociaciones de la ciudad, los concejales José Luis Alguacil y Francisco Domingo, y la animadora sociocultural Eugenia Pallán, que además se encargó de coordinar el desfile.

Después de que los doscientos disfrazados pasaran por delante del jurado, éste emitía su fallo. En categoría individual y parejas, ganó la pequeña Olga Juanas, disfrazada de “Elsa”, la heladora princesa de Frozen. También hubo premios para “Robin, el flautista de Sigüenza”, del que se disfrazó Alfredo Hermosilla, y para la “Fantasía India” de Ursula y Guillermo Cabrerizo.

En categoría de grupos, se impusieron los más de veinte niños que se caracterizaron como la tripulación del barco pirata de Sir Francis Drake, nave y bandera incluida. El segundo premio le correspondió a los molinos y quijotes seguntinos con el disfraz “En un lugar de Castilla”, en alusión al IV Centenario de la segunda parte del Quijote. El tercero fue para la “Patrulla Aguila” con aviones de combate dirigidos por el controlador que les indicaba su posición en la formación.