Cambio, compro, vendo o la perversión de la democracia
lunes 13 de julio de 2015, 11:35h
Todos los domingos, después de misa, se reunían varios escolares, para comprar sacis y chicles bazoka en el único sitio de España donde un sello de una peseta, costaba… una cincuenta, el puesto de Pepito.
Con poco más de metro y medio de diámetro, el kiosco circular de Pepito, se veía rodeado de niños agrupados en corrillos de cuatro o cinco, donde con la consigna de “Cambio, compro, vendo”, se empezaba la búsqueda del cromo que faltaba para completar la colección: le tengo, le tengo, le tengo, éste no, éste no, cuánto pides… y a partir de ahí, comenzaba la negociación para conseguir el preciado cromo que completaría la extensísima colección de los bonitos cromos…
Traigo esto hoy a colación, un día después de la constitución de los ayuntamientos, porque durante 20 días hemos asistido a un espectáculo lamentable en forma de auténtico zoco árabe, donde los perdedores de las elecciones, sin ningún tipo de rubor-qué atrevida es la ignorancia-y con un exceso de ansias de poder y de ocupar sillón-jornalillo-, han vulnerado todas las normas de educación, cortesía, decoro político y respeto institucional.
Pero vayamos por partes, para poner las cosas en su justa medida, huyendo del ruido mediático intencionado de las terminales mediáticas de la izquierda más radical (es decir, La Cuatro y La Sexta, para que no haya confusión).
En primer lugar, hay que decir y dejar bien claro, no pasando de puntillas, que las elecciones las ha ganado el Partido Popular. Tanto en Guadalajara como en Castilla La Mancha y el resto de España, las elecciones las ha ganado el Partido Popular.
Los españoles mayoritariamente han votado al Partido Popular en estas elecciones. Por ejemplo en Guadalajara, el 37,22% de los votantes han elegido al PP, sacando 9 puntos porcentuales al segundo en liza, es decir, al PSOE.
No obstante, el Partido Popular ha sufrido un duro varapalo del electorado que, a mi juicio, no le ha perdonado, no tanto que haya faltado a su programa, subiendo los impuestos, sino que los recortes, la carga impositiva y los esfuerzos fiscales necesarios para salir de la crisis, (según el plan presupuestario del Gobierno, la presión fiscal habrá alcanzado el 34,1% del PIB en 2015) los haya trasladado de forma, casi exclusiva, a una maltrecha y olvidada clase media que contempla con frustración cómo el Gobierno de Rajoy, con una mayoría de 186 escaños, no quita grasa a la mastodóntica administración española y continúan los despilfarros, prebendas y mamandurrias del Estado autonómico.
Con esta premisa, un porcentaje elevado del electorado del PP, enfurruñado y decepcionado con asuntos nucleares que forman parte del ADN del espectro del centro derecha español, tales como el aborto, la postura de perfil por parte del Gobierno en determinadas excarcelaciones de etarras, la falta de timón ante la deriva secesionista de Cataluña, el estupor ante los casos de corrupción -no ya el caso Gürtell y Bárcenas, con 6 años de antigüedad o la Púnica que salpica a varios pueblitos de la comunidad de Madrid, si no y sobre todo, cómo aprendió el votante del PP y el resto de los españoles a contar hasta doce en valenciano, con unas grabaciones, en el Caso Rus : nou, deu, ontze, y dotze, dotze mil euros, dos millones de “peles”-…ante tal panorama, el votante del PP, olvida que lo que toca son elecciones municipales y autonómicas (que se conozca, ni en Guadalajara ni en Castilla La Mancha, ha existido en estos 4 años ningún escándalo de corrupción) y enfadado y muy pagado de sí mismo, o se queda en casa y no va a votar, o vota a alguien que goza, hasta el momento, del beneplácito de la opinión pública, Ciudadanos con Albert Rivera a la cabeza, que utiliza el márketing y las pastillas capilares a la perfección.
Aún estando así las cosas, el Partido Popular gana las elecciones, es el partido más votado por los españoles. Y los españoles en general, y los guadalajareños en particular, ponen las cosas en su sitio, y desmienten aquel mantra que las terminales mediáticas de la izquierda más radical, repiten día tras día : el fin del bipartidismo.
En Guadalajara de 1.358 concejales en liza, el PP y el PSOE consiguen 1.185 (629 el PP, y 556 el PSOE), lo que supone el 69,10% del electorado. De fin de bipartidismo, de momento, nada.
A nivel nacional, en aras a ser riguroso y ortodoxo, no se pueden analizar los datos ya que uno de los partidos emergentes, no se presenta en todo el territorio, ni de forma completa en las elecciones municipales. Pero sirva como referencia el dato que, teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, Podemos rozaría el 15% y Ciudadanos rondaría el 9% del electorado. ¿Es esto el fin del bipartidismo?
Y cómo no hay mayorías absolutas…los nuevos partidos emergentes no pierden un minuto, olvidan sus buenas intenciones y comienza el espectáculo del “Cambio, compro, vendo” o los trueques, pactos y treatrillos que hacen de cara a la galería, puesto que en la mayoría de los casos, ya está-permítaseme la expresión-el pescado vendido.
Es que en Guadalajara, 45.001 ciudadanos han votado al PP, y 41.576 lo han hecho al PSOE. El tercer partido, a mucha distancia, es el de Ciudadanos que ha conseguido 8.172 votos. Los números cantan. Los ciudadanos hablan en las urnas con sus votos.
Los partidos políticos minoritarios en los despachos y en la moqueta, corrompen el voto del ciudadano, dando el poder-la alcaldía o la presidencia de la comunidad autónoma- hay quien ha perdido y no ha ganado las elecciones. Son los perdedores los que consiguen el poder y traicionan la voluntad expresada por los ciudadanos en las urnas.
El caso de Badalona clama al cielo. Un acuerdo a ¡cinco bandas! da la alcaldía a una señora que se apellida Sabater, y no deja gobernar al candidato del PP que ha conseguido ¡el doble de concejales! que el segundo en liza (10 concejales consiguió el PP, 5 los de Podemos, 3 los republicanos, 2 los comunistas y 1 de Convergencia).
Visto lo visto, se impone con total nitidez que se implante, de una vez por todas, la segunda vuelta. Es la única manera de evitar que las componendas de los distintos partidos políticos minoritarios perviertan la voluntad popular.
Otros países de nuestro entorno, conscientes de la perversión y traición del voto en manos de unos partidos políticos que en la mayoría de los casos solo miran por lo suyo, han adoptado la segunda vuelta en la constitución de los ayuntamientos.
Una segunda vuelta aporta tres grandes ventajas: evita chantajes, da gobiernos estables, y no permite juegos y malabares con los votos del ciudadano.
Otro día, les contaré cómo han sido las negociaciones de estos nuevos partidos políticos, llamados emergentes. Ya les adelanto, que cuestiones como la regeneración democrática y la transparencia institucional no ha sido escollo ni óbice para llegar a un acuerdo. El papel, ya se sabe, lo aguanta todo…El atasco o el ritmo de las negociaciones ha venido marcado por…sí, por eso que ustedes se están imaginando…
P.D. Reprochable y fuera de lugar las carcajadas de los señores Iglesias, Errejón y Monedero durante el discurso de Esperanza Aguirre en Madrid, así como los insultos e improperios de la Plataforma Stop Desahucios al concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Guadalajara, Alejandro Ruíz, en las inmediaciones del consistorio municipal.