Henche y Rivera abren la puerta grande de La Isla de Trillo

Valentín Batanero entregó en la tarde de ayer cinco de las doce orejas de los novillos de la Ganadería de Gabriel Rojas Fernández. El último, que salió desorejado, dio la vuelta al ruedo. Tres fueron para el triunfador de la tarde, el fuentelencinero Adrián Henche, dos para el mejicano Gerardo Rivera, y una para el caballero Raúl Martín Burgos. Presidió la novillada picada mixta la alcaldesa de Trillo, Lorena Alvarez.

Abrió plaza el caballero rejoneador Raúl Martín Burgos, que escuchó palmas en su primero. “Me he sentido a gusto con el novillo, la pena ha sido la espada. Me eché muy encima porque el animal estaba muy parado, me atraqué de toro y se me fue la mano abajo”, lamentaba Martín que destacaba el conocimiento de la afición: “Hoy en día el rejoneo está a un nivel muy importante, y así lo valora la gente, también aquí en La Alcarria”.

La faena fue técnicamente buena, aunque al toro, fuerte, le faltó un tranco más de celo. La espada le restó la oreja al diestro.

A su segundo, Raúl Martín le hizo una faena muy meritoria, matando de manera impecable, lo que le valió una oreja. “El animal tenía un peligro sordo porque se ponía por delante de los caballos, arreando mucho. He intentado agradar y estar con el público. Creo que la faena ha gustado a la afición, que ha pedido la segunda oreja, pero no ha podido ser. No han salido toros que me hayan permitido estar lo a gusto que quería, y mostrar la cuadra amplia que tengo, pero me voy contento con mis actuaciones”, valoraba el caballero.

El mejicano Gerardo Rivera cortó una oreja a su primero. El novillo, bueno y bravo, tenía mucha profundidad, sobre todo por el lado izquierdo. Rivera supo templarlo y sacarle algunos muletazos de mérito. Mató de una entera, pero trasera, que exigió descabello. “Me he visto bien con un toro que tenía sus complicaciones”, decía al terminar su primera faena.

En el segundo, el de Apizaco estuvo lucido con el capote, con algunas chicuelinas de mérito, a un novillo complicado “que nunca tuvo una embestida clara y ante el que hice lo que pude. Me ha gustado más el primer toro, pero me voy contento y satisfecho de que el público de Trillo haya disfrutado con mi actuación”, decía Rivera. El novillero, que tuvo un incidente con una banderilla antes de entrar a matar, estuvo solvente ante un novillo con muchas dificultades. Mató con una media en su sitio, que terminó de certificar con presteza el puntillero.

Adrián Henche cortó una oreja a su primero, un novillo “sin fuerza ni poder al que he tenido que mantener en pie, aunque cuando lo he conseguido, le he pegado pases muy a mi gusto”, decía el chaval, que recibió un varetazo a la altura del estómago en la lidia.

Según el novillero, lo mejor, “una tanda con la derecha en la que he podido bajar la mano”, aseguraba. El novillo era serio, con mucha fachada, aunque había que templarlo mucho porque tenía calidad, pero se descomponía cuando perdía la estela del capote. Mató después de un pinchado con una estocada casi entera.

En el segundo de Henche, se vio lo mejor de la tarde. El chaval disfrutó en la cara de un novillo “que ha tenido mucha movilidad y que ha estado importante cuando le he bajado la mano”, decía el de Fuentelencina.

Segunda novillada picada y segundo éxito de Henche, tras salir igualmente por la puerta grande en Sigüenza en San Roque. “Para mí es un orgullo que la afición acompañe”, terminaba satisfecho después de complacer a todos los que quisieron hacerse una foto con él.

El novillo embistió por abajo, colocando bien la cara, pero había que tirar de él, y Henche estuvo bien en la faena, que finiquitó con un estoconazo. El animal dio la vuelta al ruedo, y el de Fuentelencina invitó al ganadero, que estuvo en Trillo, a dar la vuelta al ruedo con él luciendo las dos orejas del enemigo.

Acompañando a la corporación municipal estuvieron la diputada provincial Pilar Cuevas y el delegado de Agricultura de la Junta, Santos López Tabernero.