INTERVIU: El último secreto de Ruiz-Mateos

Corría el año 1994 y, por fin, la obsesión del empresario de hacer público cualquier escándalo que salpicara al gobierno de Felipe Gonzalez dio resultado. Once fotografías a todo color cuyo protagonista era Luis Roldán, en calzoncillos y con mujeres semidesnudas. El propietario de las imágenes era Ruiz-Mateos y, para poder publicarlas, pone una condición: que la revista le retrate en la sede de Grupo Zeta entregando el material y así dejar constancia de que fue él quien las consiguió. Cuando en 2011 José María Ruiz-Mateos colocaba micrófonos en la cocina para espiar a su familia, su saga ya estaba rota. Perdió el control como patriarca, aquejado de párkinson. En 2004 había tomado la fatídica decisión de ceder el control de sus negocios a sus seis hijos varones. Se precipitó entonces el declive de una familia numerosa, conservadora, ultracatólica, que había pasado hasta ese momento por un ejemplo de unidad y armonía.El ocaso de la estirpe de los Ruiz-Mateos Rivero se fue fraguando lentamente en el seno de la lujosa mansión familiar de Somosaguas (Madrid), donde los trece hijos del empresario jerezano crecieron eclipsados por la figura histriónica del que fuera uno de los hombres más ricos de España en los años ochenta. Sin embargo, ni todas sus enseñanzas calaron ni todas sus lecciones fueron ejemplares. El matrimonio segregó a los hijos y a las hijas, que no llegaron a pisar la Universidad porque su cometido en la vida era casarse bien y procrear. Mientras las siete hijas bordaban y rezaban bajo los dictados del Opus Dei, los seis varones se prepararon en universidades americanas para suceder a su padre en los negocios. El patriarca eligió para sus hijos los dictados de otra poderosa congregación: los Legionarios de Cristo. Pensaba que los donativos a unos y otros, por valor de unos seis millones de euros al año, reportarían protección a su familia. Para leer el reportaje completo, descarga la revista en PDF. http://www.interviu.es/