Carta semanal del obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara
Oremos por los frutos del Sínodo
En sus reflexiones, el papa Francisco nos anima a todos los cristianos a seguir anunciando con convicción y valentía el “Evangelio de la familia”
martes 29 de septiembre de 2015, 13:19h
El año pasado, a la conclusión de la III Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, celebrada en el Vaticano, durante el mes de octubre, el Santo Padre invitaba a todos los miembros de la Iglesia a hacer un verdadero discernimiento espiritual para encontrar soluciones concretas a las dificultades detectadas en el seno de la familia y para responder a los nuevos desafíos que se le presentan.
Teniendo en cuenta las propuestas enviadas desde las diócesis y desde otros grupos eclesiales, la Secretaria General del Sínodo ha elaborado los materiales que servirán como punto de partida para la reflexión de los Padres sinodales, desde el día 4 al 25 de octubre de 2015. El tema concreto de esta XIV Asamblea General Ordinaria será “La vocación y misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”.
Durante el tiempo de preparación para el Sínodo, el Santo Padre nos ha ofrecido en las catequesis de los miércoles y en el último viaje a Cuba y a EEUU magnificas reflexiones sobre la familia, como verdadera “escuela de humanidad” y como “Iglesia doméstica”. En sus reflexiones, el papa Francisco nos anima a todos los cristianos a seguir anunciando con convicción y valentía el “Evangelio de la familia” como una buena noticia para cada persona, para la Iglesia y para la misma sociedad.
En un mundo en que descubrimos que muchas personas, arrastradas por el individualismo y por el relativismo cultural, ponen en el centro de sus preocupaciones la satisfacción de los propios deseos, es preciso que surjan voces y testimonios de vida que presenten la importancia de la familia para la educación de sus miembros, para la atención de los ancianos, para la superación de las dificultades de la vida y para encontrar soluciones ante la precariedad laboral de alguno de sus miembros.
Desde el punto de vista espiritual y evangelizador, también es necesario que pongamos nuestra mirada en la familia cristiana. En estos momentos, en los que el papa Francisco nos está invitando a todos los cristianos a salir de nosotros mismos y de nuestros intereses personales para llevar el consuelo y la alegría del Evangelio a quienes se han alejado de Dios o viven en las periferias humanas, es preciso que descubramos la importancia de la familia para la evangelización de sus miembros y para la evangelización de las familias heridas por el dolor, la división y el enfrentamiento.
En los diálogos del Sínodo y en las conclusiones del mismo encontraremos luz para continuar defendiendo con ardor la institución familiar y para cuidar de la misma en medio de sus fragilidades y contradicciones. Oremos, especialmente, durante los próximos días por el fruto espiritual y pastoral de las deliberaciones de quienes participan en el Sínodo y encomendemos también a tantas familias cristianas que, en fidelidad a la misión confiada por el Señor, han dejado su tierra y su trabajo para mostrar la belleza y la bondad de la familia cristiana en otros rincones de la Tierra.
Con mi bendición, feliz día del Señor.
Atilano Rodríguez, obispo de Sigüenza-Guadalajara