Así lo ve y escribe Joaquín Abad
Métodos propagandísticos nazis
jueves 15 de octubre de 2015, 21:37h
Los movimientos propagandísticos que desde la Generalidad se están fomentando para manifestar la voluntad rupturista con el Estado Español me recuerdan viejos e históricos documentales. Si, donde Hitler era aclamado por muchedumbres que luego fueron violentos nazis que provocaron la segunda guerra mundial.
Y es que hasta en el saludo de Artur Mas se asemeja al de Adolf. Qué pena. Generaciones de dejadez de los sucesivos gobiernos han permitido que desde esa parte de España sus ciudadanos, muchos, millones quizá, se sientan no españoles. Y no se den cuenta de que durante más de treinta años han soportado a unos políticos que se han dedicado a hacer fortuna robando, como el ex honorable Jordi Pujol.
Pura sociedad hipócrita que consentía el famoso tres por ciento denunciado por el President Pascual Maragall hace diez años en sede parlamentaria.
Que cientos de alcaldes acompañen a Artur Mas en su paseillo hasta el Tribunal Superior de Justicia para declarar ante el juez instructor, por su responsabilidad en la consulta el 9 de noviembre del pasado año, también nos recuerda cuando el exministro socialista José Barrionuevo, un 11 de septiembre del 1998, ingresaba en la cárcel de Guadalajara por su inculpación en los crímenes del GAL.
También fue acompañado por una multitud, unas siete mil personas, entre los que se encontraban altos cargos socialistas capitaneados por el propio Felipe González. Parece que la Justicia no se intimidó y el exministro pasó algunos meses entre rejas, hasta que el gobierno de Aznar lo indultó abandonando la cárcel el 24 de diciembre de ese mismo año.
Pues eso. En Cataluña, desde hace muchos años, se respira un enrarecido aire fascista donde no tenían cabida los que no seguían la hoja de ruta marcada por los hombres de la Generalidad. A comienzos de siglo me tocó crear, por encargo de una empresa editora vinculada a un constructor, poner en marcha un diario en papel y digital para la zona de Santa Coloma, en Barcelona.
Aquel diario, El Barcelonés, se editó en castellano a pesar de las amenazas verbales y a gritos de las autoridades que nos indicaban que debíamos desterrar el lenguaje del reino, en favor del catalán. Como las amenazas nos las pasamos por ese sitio, pues ya se encargaron, desde el gobierno de la plaza de San Jaime, circular entre los posibles clientes de la zona que no consideraban adecuado que insertaran publicidad en El Barcelonés.
En determinados ambientes de Cataluña, desde hace muchos años, se vive un ambiente enrarecido, fascista y dictatorial defendiendo una hoja de ruta rupturista con España. Y como en cualquier dictadura, ha contado con la complicidad de medios informativos que han apoyado sin fisuras la postura oficial. A cambio, eran regados con millones de publicidad institucional, sin la cual a lo mejor no habrían sobrevivido a la pasada crisis de la prensa.
Y gracias a ese lavado de cerebro en colegios y universidades, durante varias generaciones, tenemos a cientos de miles, millones, de catalanes que, como en la Alemania de Hitler, están convencidos de que su futuro está ligado a los dictados de iluminados como Artur Mas y su banda de políticos que llevan decenas de años acumulando millones de comisiones en paraísos fiscales. Una banda de políticos corruptos que en última instancia no quieren ser llamados a declarar por la Audiencia Nacional, en Madrid, que no en Barcelona, donde jueces y fiscales están en su nómina.
Joaquin Abad