De Marbella al talego. Así acabaron Julián Muñoz, Maite Zaldívar (su ex mujer) e Isabel Pantoja. Los tres vivieron las mieles de la fama y el poder pero la corrupción se los llevó por delante. Hoy pasan sus horas más duras. Maite Zaldívar durmió en prisión por primera vez el 27 de octubre de 2014. Ese fue el día que le hicieron la ficha los funcionarios del módulo de ingresos de la cárcel de Alhaurín de la Torre (Málaga), donde cumple una condena de tres años por blanquear el dinero que su marido, Julián Muñoz, primero concejal y luego alcalde de Marbella, se llevaba a la caja fuerte de su casa. La imagen muestra a Zaldívar cansada y ojerosa. Un año después, la mujer disfruta de su primer permiso (regresará el miércoles a prisión). Para conseguirlo, ha tenido que luchar mucho y soportar la sensación de agravio, otra vez, ante Isabel Pantoja, condenada en su mismo caso y que lleva ya tres permisos de salida de su cárcel. La exesposa de Julián Muñoz se ha adaptado bien a la vida en prisión, según fuentes penitenciarias. “Es la jefa de uno de los grupos que limpian por turnos los locutorios de comunicaciones y también las salas del vis a vis”. No es un trabajo demasiado agradable, especialmente en las salas privadas donde muchos reclusos tienen encuentros íntimos y rápidos con sus parejas cuando les visitan. Zaldívar, además, hace punto de cruz en el módulo de mujeres de la cárcel, en el que comparte celda con otra reclusa, una mujer malagueña. Si quieres leer más sobre este y otros reportajes, descarga la revista en PDF.
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