Guadalajara pensaba que tenía 13.700 puntos de luz en toda la ciudad, pero en realidad eran 14.751. Este es un ejemplo del descontrol que había en la ciudad sobre esta cuestión. Por ello, desde el pasado 12 de septiembre hay una nueva empresa concesionaria que se encarga del alumbrado público, la regulación semofórica y el control de centros de mando.
Esta medida pionera, impregnada por la filosofía Smart City que aprovecha al máximo el desarrollo tecnológico, supone una inversión de 9.000.000 euros.
El ahorro energético es equiparable a la plantación de 14.736 árboles
Muchos son los cambios que están teniendo lugar. Para empezar, de las farolas de vapor de sodio se está pasando al LED. “Antes pasabas al lado de una farola y sonaba, pero una de LED no suena. Ese sonido era una fuga de energía”, explica el vicealcalde Jaime Carnicero.
Y es que la medida tiene principalmente un carácter medioambiental, ya que supone un ahorro del 68% del consumo energético. Para poder entenderlo, esto equivale a la plantación de 14.736 árboles al año, o a la no emisión de 4.425 toneladas de CO2 anuales. “Al final, los mayores compromisos medioambientales se toman en las ciudades”, afirma Carnicero.
También es importante la cuestión legal, ya que anteriormente casi la totalidad de los puntos de luz de la ciudad de Guadalajara no cumplían la normativa de eficiencia energética ni las homologaciones pertinentes que se tenían que pasar.
Pero detrás de este contrato hay muchas otras mejoras, como los diez pasos NEO ZEBRA (que se iluminan cuando va a cruzar un peatón) que se van a instalar. A esto se suman detectores de presencia, así como cinco conjuntos histórico-artísticos que van a tener una especial iluminación.
Cada una de las molestias e incidencias se están estudiando individualmente
Igualmente, habrá una garantía total de que el mantenimiento, así como cuestiones de vandalismo y robo, serán responsabilidad de la empresa adjudicataria. Además, todos los puntos de luz estarán controlados individualmente. Dicho de otro modo, no se verá al trabajador bajar o subir el fusible, sino que controlará unos desarrollos para saber por qué algo está encendido o está apagado.
Y no hay que olvidar el ahorro económico. Unos 300.000 euros al año, que en los 12 años que dura la concesión sumarán más de 3.600.000 euros.
Estudio de incidencias
Con todo ello, Jaime Carnicero es consciente de que este cambio puede estar originando molestias para los ciudadanos. “Pido disculpas a todas aquellas personas que están sintiendo molestias, aclarando que todos los puntos de luz que se están poniendo se adecuan a la normativa”. Igualmente, que en aquellos casos en los que ha habido una incidencia importante “los servicios técnicos, junto con la empresa, han actuado de manera rápida y eficiente para poder solucionarlo”.
“La evolución de cualquier ciudad es ésta. Se está teniendo en cuenta si la vía es de circulación, si es aparcamiento, si es de un carril, de dos…; todos los parámetros. Por ello, en una misma calle puede haber hasta cuatro tipologías diferentes de luminaria”, añade.
Y vuelve a insistir el vicealcalde. “Todas las quejas que están llegando se están estudiando una a una, siendo comprobadas todas por el técnico ‘in situ’ con luxómetros, y podría decir que casi todas también por quien le habla”.
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