DIEZ MINUTOS Los líos del testamento de Lina Morgan
Por
REDACCION
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redaccionguadanewses/9/9/19
miércoles 23 de diciembre de 2015, 20:58h
Esta semana, Sara Carbonero inunda la portada de Diez Minutos con motivo de su regreso a televisión con un programa de moda.
Además, la publicación revela en exclusiva todos los detalles del testamento de Lina Morgan, el cual, su sobrino, Julio López, piensa impugnar.
Tal y como publica Diez Minutos, no sólo su secretario Daniel Pontes fue beneficiado con la herencia de la actriz -tal y como ya se sabía- sino también su chófer de toda la vida, Abelardo González, un hombre discreto que, tras casi cuarenta años a su servicio, ha sido recompensado por Lina con la mitad de su herencia.
La vedette modificó en varias ocasiones su testamento, la última de ellas en octubre de 2013, revocando los cinco anteriores que redactó. En esta última versión, Lina dejó como heredero único y universal a Daniel Pontes, receptor de "todos sus bienes, derechos, créditos y acciones", mientras que a Abelardo le dejó la mitad de su herencia, que "le será satisfecha en metálico".
La cuestión es que, pese a que la posición de Pontes parece ventajosa, en realidad el gran beneficiado de todo el documento es el discreto chófer. Para empezar, el primero debe entregar la mitad del valor de esa herencia en metálico a Abelardo. Y después, Pontes debe hacerse cargo también de las deudas, no sólo de la herencia, lo que incluye pagar a Hacienda y satisfacer también los gastos derivados de las liquidaciones de sus sociedades y empleados, explica Diez Minutos.
La cantidad de la que se habla se desconoce, pero está entre los 10 y 40 millones de euros, sumando propiedades, efectivo, joyas, pieles y acciones.
Pero ¿quién es Abelardo González, quien finalmente ha sido beneficiado de la herencia de Lina Morgan? Tras casi 40 años de servicio, ambos mantuvieron una lealtad a prueba de bombas. Siempre discreto y fiel a la artista, Diez Minutos señala que el chófer sentía absoluta veneración por ella.
Después llegó a su vida Daniel Pontes, taxista de profesión que se convirtió en el preferido de la madre de Lina, a la que llevaba al teatro cada tarde y quien también recogía a la salida. Se hicieron íntimos hasta el punto de que su mujer, Mari Carmen, comenzó a trabajar en casa de ella y los lazos se fueron estrechando hasta que éste se convirtió en el chófer de José Luis, hermano fallecido de la artista. Tras su desaparición, Pontes se quedó a trabajar como persona de confianza de la casa.
En todo caso, Pontes y González se convierten así en beneficiados de un testamento cuantioso que ha dejado completamente olvidada a la familia biológica de la artista, incluyendo a su sobrino Julio López, sus sobrinos nietos y también -sorprendentemente- al padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz, organización en la que Lina participó activamente durante muchos años.