Durante el pasado año, la Unidad del Sueño del Centro de Atención Integral de Terapias Respiratorias (CAIDER) de Guadalajara realizó miles de asistencias domiciliarias.
En concreto, se atendió a 2.460 pacientes que precisan equipos para dormir, 2.258 de ellos usuarios de maquinaria para apnea del sueño simple (CPAP) y el resto pacientes con complicaciones añadidas, como insuficiencia respiratoria, que requieren un equipo más complejo (BIPAP).
Asimismo, se realizaron 1.776 consultas para revisiones, se atendió a 588 pacientes nuevos y se realizaron 1.062 pruebas de sueño. De éstas, 685 fueron poligrafías respiratorias a domicilio, y 377, para casos más graves, fueron polisomnografías realizadas en el Hospital.
Según Olga Mediano, neumóloga de la Unidad del Sueño de Guadalajara, la apnea del sueño “es muy frecuente e implica mucha sobrecarga asistencial”. La apertura del CAIDER supuso aumentar de uno a tres el número de técnicos, y también duplicar el número de consultas, lo que ha permitido “aumentar el número de pacientes atendidos, además de mejorar las condiciones de trabajo de los profesionales y poder dedicar más tiempo a cada paciente”.
El sobrepeso, la edad y la postura adoptada al dormir son factores que predisponen a padecer alteraciones de sueño o agravarlas, pero también pueden padecer apnea personas sin problemas de peso e incluso niños.
Según Mediano, el número de pacientes no ha dejado de aumentar. “Cuando se crea la unidad, una parte muy importante de la población que se resignaba a padecer apnea de repente se plantea que puede haber una solución”, lo que se ha traducido en un aumento constante en las cifras de usuarios. De hecho, en febrero se abrirá una nueva consulta de resultados y revisiones en la Unidad y eso permitirá multiplicar la actividad y el número de pacientes vistos.
El CAIDER, inaugurado en marzo de 2015, es un centro asistencial ubicado en el Hospital Universitario con un modelo de atención que complementa el servicio de terapias respiratorias a más de 3.200 pacientes. Trabaja coordinadamente con otras unidades, especialmente Pediatría, Otorrinolaringología y Cardiología, además de Endocrinología, Psiquiatría o Cirugía.
La unidad atiende las necesidades de los pacientes con trastornos respiratorios del sueño en todas las fases de su patología. Es decir, se llevan a cabo consultas para realizar pruebas solicitadas por el médico, se instaura la terapia prescrita, se mantienen y revisan equipos o se realiza un seguimiento clínico.
Además, desde el CAIDER se aboga por potenciar la formación de los pacientes, llevando a cabo una labor de educación sanitaria realizada por un equipo multidisciplinar presidido por neumólogos, enfermeros y técnicos.
En las escuelas CPAP los pacientes aprenden a utilizar correctamente los equipos que precisan para dormir (funcionamiento, limpieza, etc.) y se busca implicar al enfermo en su propio cuidado.
Labor investigadora
Una de las grandes apuestas del CAIDER es la investigación. En 2015, desde Guadalajara se coordinó el proyecto SAVE con el que se pretende disminuir la mortalidad en pacientes con alto riesgo cardiovascular mediante el empleo de CPAP, y también se ha trabajado en un estudio con el que establecer la relación existente entre apnea del sueño y cáncer.
“Se trata de demostrar que la apnea no sólo influye en la calidad de vida, sino que tiene consecuencias cardiovasculares, que podría relacionarse con la aparición del cáncer, y sus desaturaciones constantes de oxígeno durante el sueño tendrían consecuencias a largo plazo, por lo que se precisa tratamiento para evitar riesgos futuros”, apunta Mediano.