Felipe que el mundo aclamacomo el mejor de los sextosy que figura en los textos
como el que a España la ama,oye una tierra que exclama
hundida en tantos pretextosy que la verdad reclama,
óyenos tú, padre nuestro.Mira que está nuestra tierra,tan agobiada de impuestos
que estamos para los restosentre IVA que sube en sierra
y entre Renta en que se entierranuestro ingreso tan modesto
que ha caído por el suelomientras que estás en el cielo.
Oye, rey, nuestro gemidoque tu corazón se apiade
del dolor que nos invadehasta la pobreza asido
que a todos nos ha venidoy a ninguno nos agrade.
Sea entonces bien amado,tu nombre sea santificado .
De comprensión de que tantosvalidos y más inválidos
ministros de corte pálidosse están haciendo los santos,
mientras nos llenan de espantospor sus saberes escuálidos
y nos inundan de llantos,de duelos y de quebrantos
con que mis desdichas peino.Venga a nosotros tu reino.Mira, rey, que ya tenemos,el cinturón en garganta
porque la apretura es tantaque en cintura no podemos.
Tanta extorsión nos oprimeque el pueblo ya se deprime
con sufrimientos postremos.Mira el dolor con que gime.¿No veis tal realidad?
Hágase tu voluntad.Los gastos son del Estadotan inmensos según ley
que aunque dicen es del reypólvora que ha disparado,
estoy yo muy aquejadocomo está toda la grey
de lo que nos causa dueloen la tierra como en el cielo.
Tus servicios se percibencomo escasos y muy lentos,
y muchos son puros vientosque sobre el papel se escriben.
No nos tienen muy contentosque unos servicios tan lentos
para cuando ellos arribenpueden dejarnos lamentos.
Danos hoy sin ironíanuestro pan de cada día.
Mira que los españolespasto son de burocracia
y entre desgracia y desgraciavan pasando los controles
sin que alumbren los faroles,entre la mucha falacia
que cuenta la burocracialenta como caracoles,
Pues son torturas intensasperdona nuestras ofensas.
En Navarra y en Vasconialos dineros los conciertan,
y en Cataluña disertanpagarlos con parsimonia
y cada día desertande esta grande babilonia
que es la hispana ceremoniay solo de ellos disertan.
Y aunque sí que lo notamoscomo también perdonamos.
Está el resto del Estado,tan pobre y depauperado
que Castilla, Andalucíamás quienes nunca escuchados
están ya desesperadosy llenos de melancolía.
¿Cuándo les llegará el díade ser igual bien cuidados?
Hasta entonces desdichadosno está como ya debía
Castilla ni Andalucía.Perdonamos, aunque hienden,a quienes nos ofenden.
Alivia de tanto abusoa los pobres españoles,
sus oídos no los violescon un discurso difuso
y mete en cintura a tantoharagán tan poco santo
que sólo nos causa llantoa los pobres españoles.
No nos dejes ocasiónde caer en la tentación.
Recorta más bien los gastosde los propios estadistas,
que gastan más que coristasen perfumes y en afeites;
y que se untan con aceitesa ellos y a cuantos artistas
hincan sus dientes tan vastosen comidas bien provistas
por militancias sablistastrincando en sabrosos pastos.
Ten piedad con nos y veny líbranos del mal. Amén.
De los malvados políticosque maltratan a tu grey,
líbranos, Felipe, rey,y los derechos raquíticos
que nos permiten políticos- que son quienes hacen ley
en provecho de su grey-
que seamos analíticos.Y acabemos siendo el rey,ya que somos soberanos,
y el Estado sea virreyde los poderes humanos.
Ven a darnos eso ven,rey Felipe, amén, amén.
Juan Pablo Mañueco (2015), de la obra de teatro "Con Machado, esperando a Prometeo"
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