Media plaza holgadamente superada, y rozando los tres cuartos, registró este viernes el Concurso de Recortadores celebrado en Cabanillas del Campo, y que fue el primero de los tres actos taurinos -no cruentos- programados este año por el Ayuntamiento. Resultó un concurso de exhibición (amistoso, pues no hubo ganadores ni derrotados) muy entretenido y entrañable, por cuanto la empresa apostó por un cartel 100% guadalajareño, con presencia de 12 recortadores de distintos municipios de la provincia, muchos de ellos ya retirados o semiretirados de los concursos profesionales.
Los “toreros a cuerpo” lidiaron cuatro novillos, en grupos de tres recortadores por ejemplar. Y resultó el más lucido y de mejor juego el que abrió plaza, que demostró una casta y una codicia formidable, con nobleza estimable, fuerza y repetición, y que permitió el lucimiento del trillano Paco Henche “Paquito", Javier de Luz, de Romanones, y especialmente del casareño Carlos Carpintero, que estuvo muy templado, e incluso se animó a culminar la actuación recuperando una suerte goyesca casi desaparecida, como es montarse a lomos del burel tras someterlo a un “coleo”.
Los novillos lidiados en segundo y tercer lugar dieron mucho menos juego. El segundo, de hecho, no dio absolutamente ninguno, porque en ningún momento quiso embestir, rehuía de los cites, y no permitió el lucimiento de Samuel Sánchez, Alberto Cabanillas y César Sánchez. El tercero fue algo mejor, con fuerza pero sin continuidad en la embestida. El novillo acudía a las llamadas de los recortadores, pero lo hacía con peligro evidente porque buscaba el cuerpo en el recorte. Estuvieron muy valientes el yunquerano José Antonio Sánchez, Javi Ortega, de Trijueque, y el marchamelero Víctor de Mingo “Pocholo”.
La tarde se vino muy arriba con el novillo de cierre de plaza, que correspondió en suerte a Antonio Morillas “Mori”, de Guadalajara; Santi Muñoz, de Valdenuño, y a toda una institución en este mundo como es el yunquerano César García. Fue una terna muy compenetrada, se vieron grandes recortes, y en especial transmitió mucho al tendido la torería en el recorte de César García, quien por momentos convertía sus caderas en una auténtica muleta, a la hora de parar y templar la embestida del novillo.
El espectáculo se prolongó por espacio de hora y media, y en general dejó un gusto muy agradable entre los numerosos aficionados que se citaron en la plaza portátil. La cita contó con conexiones en directo de la televisión pública regional.
Por la noche, “disco vaca”
Horas después del Concurso de Recortadores, a las 3 de la mañana, se celebró una suelta nocturna de vaquillas en la misma plaza, muy concurrida, y que dejó algunos momentos de mucha emoción, con los típicos revolcones, cogidas y sustos. Este sábado habrá encierro por las calles.