Dos días después de la muerte de su mujer, fallece el filósofo Gustavo Bueno
domingo 07 de agosto de 2016, 17:38h
El filósofo riojano Gustavo Bueno Martínez ha fallecido este domingo a los 91 años en la localidad asturiana de Niembro, según ha informado la fundación que lleva su nombre. La capilla ardiente familiar estará abierta desde las 18:00 horas en su casa de Niembro y este lunes se abrirá al público otra en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Santo Domingo de la Calzada, del que era natural el filósofo fallecido.
Bueno, que ha fallecido sólo dos días después de la muerte de su esposa, Carmen Sánchez Revilla, a los 95 años, será enterrado en el cementerio de Santo Domingo de la Calzada.
El pensador completó sus estudios en las universidades de La Rioja, Zaragoza y Madrid. Se doctoró a los 25 años mientras trabajaba como becario del CSIC, en 1949, año en el que comenzó su trayectoria como docente en el instituto Lucía Medrano de Salamanca hasta 1960. En 1965 obtuvo la Cátedra de Filosofía de la Universidad de Oviedo.
Su primera obra fue El papel de la Filosofía en el conjunto del Saber escrita en 1970, y es autor también de libros como Etnología y Utopía (1971); Ensayos Materialistas (1972); Ensayos sobre las categorías de la Economía Política (1972); La Metafísica Presocrática (1974) e Idea de Ciencia desde la Teoría del cierre Categorial (1976).
En 2000 publicó España frente a Europa, una reflexión sobre el proceso de unión europea, y el ensayo Televisión: apariencia y verdad. Dos años después, volvió a hablar de televisión en Telebasura y democracia. En marzo de 2003 presentó su libro El mito de la izquierda, y en 2008, el titulado El mito de la derecha, momento en el que sostenía que la distinción entre ambas había desaparecido. Sus últimas obras fueron Zapatero y el pensamiento de Alicia, un libro crítico con el expresidente del Gobierno, y el ensayo La fe del ateo.
Finalista del premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 1989 y 1990, en dicho ejercicio se le concedió la Medalla de Asturias de Plata y cinco años después fue nombrado Hijo Adoptivo de la Ciudad de Oviedo.