“Atrapa al embustero usando su teléfono móvil”. Los más celosos tienen una herramienta barata y eficaz para controlar a sus parejas. Basta con descargar aplicaciones que permiten rastrear toda la información del teléfono móvil de la víctima sin que esta sea consciente. Sus llamadas, sus fotos, localización GPS, e-mails, mensajes… Es barato, pero es delito. El verano es la mejor época para encontrar pareja pero también la más peligrosa para perderla.
A Carla (nombre ficticio usado en este reportaje) le ha tocado trabajar en agosto en Madrid mientras su pareja se ha ido con sus amigos a una playa andaluza. Los días pasan, las conversaciones de Whatsapp entre los dos se van haciendo más cortas y frías. El se conecta cada vez más tarde en el móvil debido a las noches de juerga que cada día se hacen más largas. Carla ha comprobado además que su novio ha aumentado la lista de amigas “añadidas recientemente en Facebook”. Todo esto ha hecho crecer sus sospechas e inseguridades, que le traen una idea a la cabeza: “¿Y si me está siendo infiel?”.“¿Sientes que tu pareja te está engañando? ¿Te gustaría saber con quién habla a tus espaldas?”. Es el eslogan de SpyBubble, una de las decenas de aplicaciones al alcance de cualquiera y que presume de dar respuesta fiable y rápida a estas preguntas.
“Tus empleados, cónyuges e incluso tus amigos más cercanos podrían estar planeando algo a tus espaldas –advierten–. SpyBubble es la solución”. el negocio espíaEl mensaje convence fácilmente a Carla, que no tarda en meterse en la red para descubrir el mercado de aplicaciones espía capaces de introducirse en el móvil de su pareja y enterarse de lo que él no le cuenta. “Todos guardamos cosas en el móvil que escondemos a nuestra pareja”, asegura.
SpyBubble, Myspy, Flexispy… son algunas de las posibilidades que encuentra Carla para controlar el teléfono móvil de su novio con el fin de saber si le está ocultando algo. Al final se decide por Myspy, la más popular y descargada. Como todas sus competidoras, es un programa de pago: por 60 euros, durante un mes, Carla podrá saber sin moverse de casa los lugares donde ha estado su novio, los sitios web que ha visitado con su móvil, los mensajes de Whatsapp que ha enviado y recibido, los mismos de Viber, Line, Facebook, Messenger... El precio le parece barato para toda la información que va a suministrarle.
Myspy le pregunta dónde quiere recibir ella la información sobre su pareja: el ordenador, el teléfono móvil o la tableta. Carla elige un ordenador porque “el móvil siempre lo llevo encima y es más fácil que él pueda cogerlo y enterarse de que lo estoy controlando”.La instalación obliga a Carla a precisar qué tipo de sistema operativo usa el teléfono móvil de su pareja: Android, Windows, Blackberry o iPhone.
En los tres primeros, el espionaje es más complicado. Carla debería quitarle físicamente el teléfono móvil a su pareja para instalarle el programa, aunque luego el usuario no lo ve en la pantalla ni se da cuenta. Carla ha tenido suerte. Su pareja tiene un iPhone, no necesita tocar el móvil para instalarle el programa. Basta con que ella sepa la dirección de correo electrónico de su pareja, también conocido como ID Apple. Prueba con la dirección que utiliza su novio habitualmente y funciona.
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