En unos días cumplirá tres años el partido que nació del 15-M. Ahora 961 cargos electos y sus ayudantes más directos viven de la formación morada. Empezaron financiando su primera campaña mediante ‘crowdfunding’ y hoy integran un conglomerado que mueve 38.256.768 euros al año, gracias a las subvenciones públicas, pero también a la obligación de todo alto cargo de donar parte de su sueldo. Al frente de las finanzas, un joven tesorero, Segundo González, y un equipo de 23 contables y captadores de fondos.
No podían imaginar Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón el tamaño político y económico que alcanzaría su partido cuando lo gestaron en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.
Entre pancartas reivindicativas, cervezas y asambleas, en enero de 2014 la maquinaria de Podemos comenzó a funcionar. Los profesores se convirtieron en líderes de la izquierda alternativa y los ingresos por la docencia los sustituyeron por sueldos de parlamentarios.
Nació así un entramado que no ha parado de crecer. Ya maneja 38.256.768 euros al año. Es el recuento que ha realizado interviú incluyendo las nóminas de los cargos electos y personal contratado, subvenciones y donaciones, entre otros apartados.
De esa suma final, 13.490.608 euros son ingresos directos para el partido, aunque, según el balance incluido en la memoria auditada que Podemos publica en su web, los ingresos suman 12.455.100 euros. En sus cuentas, los “ingresos de origen privado” no contemplan las cuotas de “inscritos” (afiliados en la jerga interna), puesto que no son obligatorias.
A punto de soplar tres velas, Podemos cuenta con la confianza de 441.844 inscritos. Gracias a ellos ingresan “unos 100.000 euros al mes”, dice Segundo González, diputado por Asturias y, a sus 28 años, tesorero de Podemos.
Cada inscrito debe pagar una cuota de cinco euros, pero no cada mes: la periodicidad de la aportación la elige el pagador: “No queremos condicionar la participación a la colaboración económica”, explica el tesorero. Solo con esta partida, Podemos ingresaría un millón doscientos mil euros al año, aunque en 2015 declararon 927.000 por cuotas de militantes.
Segundo González no tiene despacho propio. Trabaja con sus ocho colaboradores (ver recuadro de la página 11) en una sobria sala de la planta tercera del edificio madrileño que Podemos convirtió en su sede en noviembre de 2014. No hay ordenadores fijos, sino portátiles, ni más cuadros en las paredes que los carteles que indican las salidas de emergencia.
Este diputado es uno de los cargos electos que colaboran mensualmente con una donación. Así lo manda el reglamento de Podemos a diputados del Congreso, senadores, parlamentarios europeos y diputados autonómicos: “La parte restante del salario percibido [tres veces el salario mínimo interprofesional, 1.945,8 euros] por los cargos electos será objeto de donación”.
Esta norma añade 896.994 euros cada año a las arcas del partido y de la Fundación 25 de Mayo, asociada a la formación morada.
Sigue leyendo.
http://www.interviu.es/