Muchas han sido las historias de jóvenes emprendedores que no tenían la vocación de serlo, que se vieron obligados a intentarlo por su cuenta porque no encontraban las oportunidades que buscaban en un mercado laboral mermado. Bien, pues el caso de Rubén Higuera es exactamente el contrario.
Sin haber cumplido todavía los 30, este joven peluquero alcarreño se encontraba perfectamente situado dirigiendo una céntrica peluquería de la capital. Pero quería más. Por eso, el pasado mes de octubre dejó aquella seguridad laboral y abrió su propio centro de belleza.
Un pequeño local de la calle San Esteban de Guadalajara fue el lugar elegido, y tras una acertada reforma con una estética elegante y vintage, estaba listo para abrir al público. Desde entonces, no ha parado. Agenda completa cada semana.
“Yo sabía que me iba a ir bien. Conocía la zona, conocía a mis clientas y llevo más de 10 años en la profesión”, afirma Higuera, quien confiaba tanto en su proyecto que desde el primer día contrató a otra persona para que le ayudara con el volumen de trabajo que esperaba. Incluso, tiene que contar con más plantilla dependiendo de la temporada.
Sin embargo, no se tiró a la piscina sin más. “Cuando vas a emprender tienes que tener muy claro qué es lo que vas a hacer. Hacer un plan de negocio y prever todas las situaciones que se puedan dar. No es abrir y ya está”, explica.
Con todo ello, Rubén Higuera se ha convertido no sólo en un reconocido peluquero de Guadalajara, sino en un emprendedor de éxito cuyos pasos invita a seguir a quien quiera tener su propio negocio. “Emprender es duro, pero da unas satisfacciones que de otra manera no se pueden conseguir”, finaliza.